Ser-humano (cartografía antropológica)

— 82 — ne a significar en algún sentido una recapitulación del homo sacer . Esto se torna claro desde el momento que consideramos que, por de pronto, para el homo sacer , junto con el arquetipo (expresado en algún relato o mito) la creencia cons - tituye el eje de su existencia. Y corresponde aducir que esa “creencia” tiene para él más bien el carácter de una evidencia. Es patente que lo sagrado y divino equi - vale para el homo sacer a una evidencia mucho mayor (y desde luego además de mayor peso y relevancia) que cualquier evidencia netamente empírica. Hasta cierto punto, esto se mantiene para el homo viator , aunque, habría que agregar, el tránsito del mito al logos ha dejado ya su huella imborrable. Quiero decir con ello que relativamente a aquel carácter de evidencia de las creencias del homo sacer , sucede con el homo viator que él se encuentra siempre más bien en el reiterado intento de imprimirle la fuerza de la evidencia a los contenidos de la creencia, de la fe. Es decidor en ello que la teología no sea únicamente teología revelada, sino teología racional, en la que se trata de encontrar justamente evi - dencias de Dios, sin recurrir a ninguna revelación sobrenatural. Ello explica tam - bién que para el homo viator una de las primeras discusiones sea aquella entre las prerrogativas de la fe y de la razón, y que San Pablo, dentro de sus viajes de evangelización, se dirija especialmente a los filósofos atenienses en el Areópago con el fin de anunciarles la “buena nueva” de la revelación de Dios. En ello se apoya Pablo en el deus absconditus , el dios oculto, el dios no conocido, del cual hay un piedra de conmemoración, de la cual vemos incluso hasta el día de hoy sus vestigios en la parte trasera de la Acrópolis, cerca del Teatro de Dionisos. En Los Hechos de los Apóstoles leemos: “Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él /con San Pablo/; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. / Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber de qué es esta nueva enseñanza de que hablas? / Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. / (Porque todos los atenienses y extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban, sino en decir o en oír algo nuevo). / Entonces, Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; /porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba también esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO /sic/. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. / El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, / no es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas” 46 . 46 Los Hechos de los Apóstoles , en: Nuevo Testamento, Salmos, Proverbios , Los Gedeones Internacionales, Hechos, 17, 18-25.

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