Ser-humano (cartografía antropológica)

— 61 — El homo sacer desde la perspectiva de Agamben Una última enseñanza decisiva del homo sacer –y siempre pensando en la amal - gama y sinergia que podría suscitar al aliarse con la propuesta del ser huma - no consciente, como algo para el porvenir– la brinda la concepción que Giorgio Agamben nos ofrece de lo sacro como algo separable. Leemos en Profanaciones una definición de lo sagrado que se apoya en el derecho romano: “Sagradas o religiosas eran las cosas que pertenecían de algún modo a los dio - ses. Como tales, ellas eran sustraídas al libre uso y comercio de los hombres, no podían ser vendidas ni dadas en préstamo, cedidas en usufructo o gravadas de servidumbre. Sacrílego era todo acto que violara o infringiera esta especial indis - ponibilidad, que las reservaba exclusivamente a los dioses celestes (y entonces eran llamadas propiamente “sagradas”) o infernales (en este caso, se las llamaba simplemente “religiosas”). Y si consagrar ( sacrare ) era el término que designaba la salida de las cosas de la esfera del derecho humano, profanar significaba por el contrario restituirlos al libre uso de los hombres” 27 . En lo anterior encontramos la clave de lo que podemos considerar como última y tal vez más relevante enseñanza del homo sacer : la indisponibilidad de lo sacro, a saber, que dentro de la masa inconmensurable de entes y más entes que nos rodean, distingamos algunos que no están, no pueden ni deben estar a nuestra disposición, a nuestro libre uso, utilización y aprovechamiento de ellos. Con ello se des-cubre y se constituye al mismo tiempo lo sacro. Ciertamente desde la próxima concepción antropológica (el animal racional) en adelante comienza a suceder que estamos ante una suerte de “razón omnívora” que todo lo va “devorando” con sus explicaciones, teorías, sistemas y ciencia. Y lo propio a su vez de la concepción antropológica que sigue al animal racional –el homo viator – es relegar lo sacro a una divinidad trascendente. Ya hemos adelan - tado cómo, de este modo, asistimos a la más grande desacralización del cosmos y la naturaleza que se ha debido tanto al animal racional como al homo viator . El juego pues entre lo sacro y lo profano es como el juego entre lo indisponible y lo disponible. Algo –una planta, un animal, un mineral, cualesquiera objeto– que fue sustraído a su disponibilidad y que fue venerado como sacro, si acaso es devuelto a la disponibilidad y al uso de ello, se profana. Esto es lo que se hace valer en la definición del jurista Trebacio (Trebatius) de la antigua Roma, y que cita Agamben: 27 G. Agamben, Profanaciones , Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2005, p. 83. Abreviamos en adelante como ‘AP’. Profanierungen , Suhrkamp, Frankfurt am Main, 2005, p. 70.

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