Ser-humano (cartografía antropológica)

— 31 — Relación contestataria L as concepciones antropológicas suponen una relación contestataria entre sí. Esto significa que cada una surge a partir de una relación de confrontación con la concepción inmediatamente anterior, con algunas de ellas o con todas las anteriores. Y cabe reconocer como cada concepción se nutre en cierto grado de la energía que proviene de ese rechazo. Mas, por otro lado, no hay aquí sólo rechazo, sino también la propuesta de algo nuevo; de lo contrario no acabaría por imponerse cada vez una nueva concepción. En ello juega un papel el tipo de argumento que Chaïm Perelman considera como argumento del modelo. Dentro de su Tratado de la argumentación él correspon - de a un tipo de argumento que fundamenta la estructura de lo real, así como lo son también los argumentos del ejemplo y la ilustración 10 . Podría decirse que Perelman es uno de los filósofos que están echando las bases de lo que será posteriormente el constructivismo de Watzlawick, Von Glasersfeld, Maturana, Varela, Luhmann, Morin, y otros, desde luego cada uno con aproximaciones pro - pias y distintas. Para Perelman lo que llamamos “realidad” es construido argu - mentativamente (y ésta sería la singularidad del modo como se puede entender el constructivismo desde Perelman). Entre los argumentos a tratar están los que fundamentan la estructura de lo real; en ellos hay una relación entre lo particu - lar y lo universal. En el argumento del ejemplo intentamos encumbrarnos desde lo particular (acumulando precisamente muchos ejemplos) al universal de la ley o de la fórmula, que se refiere a lo que sería válido para todos; por lo visto, es similar a la inducción. En el argumento de la ilustración, sucede que ya estamos en posesión del universal y nos limitamos simplemente a ejemplificar (a ilustrar) a partir de ello, es decir, vamos aquí a la inversa: del universal a lo particular. Y en el argumento del modelo, que nos interesa, hay un peculiar encuentro entre lo particular y el universal, ya que aquí vale algo particular como universal. Por ejemplo, en el caso de las concepciones antropológicas, cada una vale como modelo para una época, y lo que posibilita que se forje una nueva concepción es que el modelo se convierte paulatinamente en anti-modelo (Tda, p. 561 ss.). Esto puede suceder, como decíamos, con la concepción inmediatamente ante - rior, con alguna o algunas en especial o con la totalidad de las anteriores. A modo de ejemplo, la concepción del animal racional, tiene tal poder en el tiem - po y la historia que prácticamente a cada nueva concepción se le presenta como anti-modelo –y hasta cierto punto, como el anti-modelo por excelencia. Respecto de las concepciones antropológicas vale también la tríada que Hei - degger presenta en la Introducción a Ser y tiempo en el Parágrafo 6 sobre “La destrucción de la ontología tradicional”, a saber que esa destrucción hay que entenderla como apropiación, y que recién del acoplamiento entre destrucción 10 Chaïm Perelman y L. Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentación. La nueva retórica , trad. de Julia Sevilla, Madrid: Gredos, 1994, p. 537 ss. En adelante: Tda.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=