Ser-humano (cartografía antropológica)

— 182 — de la técnica y de la economía. Cada una de ellas opera aisladamente, se au - to-justifica y auto-nutre de sus logros descomunales. Por un lado, la economía de mercado carece de un claro proyecto social, y del otro lado, la técnica carece de un proyecto ecológico. Pues bien, sólo puede haber un nuevo proyecto social y ecológico que se imponga y que revierta la situación en que nos encontramos en la medida en que haya un radical cambio de conciencia y que dé lugar a una nueva conciencia, que sea tanto humanitaria como ecológica. Mas, esta nueva conciencia es únicamente posible hasta tanto y cuando se asume cabalmente en lo que es, y ella es tanto apertura como orientación. La cuestión es entonces que a partir de la apertura a la plenitud del ser, al ser de los otros como del entorno, surja una nueva orientación, que se traduzca en un nuevo modo de habitar el mundo. Es cierto que la propuesta de un cambio de conciencia es hoy por hoy un lugar común (incluso Al Gore la pronuncia con meridiana claridad y con apoyo en da - tos rigurosamente científicos). Pero también ella está formulada, entre otros, por Peter Sloterdyk. Sea que consideremos esta propuesta un lugar común o no-común, ello no le resta nada a su intrínseca legitimidad y validez. Sólo procu - ramos formularla a nuestro modo. Por otra parte, podría criticarse la mencionada propuesta en el sentido de que un cambio de conciencia es insuficiente, ya que no necesariamente promueve a la acción. Podemos tranquilamente seguir nadando en las tibias aguas de nues - tro sincero y desnudo ser humano frágil, esperando de brazos cruzados el Apo - calipsis, la helada cósmica. Es como le ocurre al fumador, que sabe que se está matando, y sin ser un potencial suicida, está acortando su vida día a día. Dícese, por lo mismo, que la conciencia, la toma de conciencia, no basta. Lo que se suele agregar a ello es que hay que tocar fondo para que entonces sí la toma de con - ciencia te lleve a adoptar medidas y actuar. En el caso del fumador suele ser el scanner que detecta el tumor cancerígeno y la quimio- o radioterapia que sigue a continuación. Mas, este mismo ejemplo del fumador nos muestra que la toma de conciencia puede pues llevarnos a actuar. El asunto es únicamente ¿cuándo? ¿Cuándo ya es muy tarde y aparecieron metástasis, y tal vez, demasiadas? Por otra parte ¿no vamos ya descaminados al hablar de “propuesta”? Los cambios sólo a nivel superficial se producen por “propuestas”. En contraste con ello, los cambios radicales surgen a partir del sentir, a saber, en lo que aquí nos interesa: sentir al otro, sentir el entorno, sentir la vida orgánica e inorgánica (pensando en el alcance que tiene la palabra ‘vida’ en Nietzsche). Como dice Jaspers: los problemas de la técnica no se solucionan técnicamen - te , o como dice Heidegger: la esencia de la técnica no es técnica , sólo cuan - do no respetamos esto, podemos quedarnos ilusoriamente satisfechos con “propuestas”. Por ello, en rigor ni siquiera tiene justificación el hablar de la “propuesta” de una “nueva” concepción antropológica. También ella tendría

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