Ser-humano (cartografía antropológica)

— 148 — 9. Ser humano singular La angustia es el vértigo de la libertad Kierkegaard 1 C on Kierkegaard podemos reconocer cómo el hombre se asume en su con - flicto interno, su escisión, su desgarro, su doble naturaleza, sin disimulo; y su intento de conciliación, por lo mismo, resulta vano e ilusorio. Considerando este aspecto, como otros que irán apareciendo a continuación, el ser humano singular anticipa al ser humano frágil. La discusión de Kierkegaard es ante todo con Hegel, en el que justamente lo decisivo es la unidad del concepto que concilia los opuestos. De esta tensión y combustión (y relación contestataria con el sujeto universal) surge el hombre singular. Éste asume su desgarro con angustia y desesperación, estados aními - cos y afectivos que corresponden al temple que expresa el conflicto interno que Kierkegaard presenta a la vez como paradoja. Estamos ante el pensador de la paradoja, la cual se expresa ahora no como paradoja lógica o matemática, como fueron las paradojas de Zenón de Elea, sino como paradoja existencial. Ello re - mite al desafío de ser-sí-mismo, la autenticidad; la angustia y desesperación con - siste justamente en mantenerse en la paradoja de no poder nunca llegar a serlo. Kierkegaard: “Todo decir de una superior unidad que debe reunir opuestos absolutos es un atentado metafísico contra la ética” (GPh, p. 495). Precisamente en vistas de asumir el ser humano singular esta fisura en su ser, puede considerarse, como decíamos, que anticipa al hombre frágil. La diferencia entre uno y otro está en que esta asunción de la mencionada fisura kierkegaar - diana es ante todo interna, mientras que, como veremos, la fisura del ser hu - mano frágil está suscitada sobre todo por factores exógenos, y aunque en ellos tenga ingerencia el propio hombre. La concepción del hombre frágil se levanta a partir de la relación contestataria contra la ilusión de las diversas concepciones antropológicas en que, directa o indirectamente ha entrado a tallar un hombre fuerte. Por otro lado, es el mundo de la segunda mitad del siglo XX y los comien - zos del XXI con sus distintos problemas, sobre todo el calentamiento global, el posible fin de la historia (y cómo haya que entender esto último) lo que genera la fisura del ser humano frágil.

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