Ser-humano (cartografía antropológica)

— 119 — facción de aquellos fines que están sobre los intereses particulares”. La Historia cae “sobre” los hombres, su medida es demasiado grande para ellos, demasiado des-medida. / En ese gran argumento desplegado, todo lo particular y contin - gente perderá su valor específico y autónomo (perderá el sentido que pudiera albergar, aunque fuera un sentido frágil y fragmentado y rodeado de sinsentido) y se convertirá en una mera pieza al servicio del desarrollo del Gran Argumento, el cual avanza teleológicamente hacia su final, hacia su consumación final. Sólo en aras de este final adquieren sentido todas las etapas anteriores. Todo ad - quiere sentido, pero es el gran sentido único del Argumento Total de la Historia. Toda la sangre de la historia, todas las matanzas, todas las crueldades, todos los crímenes, todas las injusticias, todo ello deja de ser tal, todo se torna inteligible y racional pues todo forma parte necesaria de un Argumento en movimiento que camina hacia su final. “Nuestra consideración es, por tanto, una Teodicea , una justificación de Dios […]”, toda la masa del mal en la historia queda reconciliada y exonerada, todo es siempre racional, no cabe ningún tipo de reproche a lo que de hecho es y acontece. “Cabe también que el individuo sea injustamente trata - do. Pero esto no afecta para nada a la historia universal, a la que los individuos sirven como medios en su progresión”. ¿Alguien se cree acaso más capacitado que Dios para escribir la Historia?” 79 . 5 El sujeto, razón o espíritu universal, del que se trata en Hegel, está pensado so - bre todo en una perspectiva histórica. Es más, el despliegue de ese sujeto cons - tituye la explicación del acontecer histórico. Si relacionamos esto con nuestras concepciones antropológicas, podríamos decir que con Hegel el hombre se abre significativamente a su inserción en la historia y a su modo de ser como ente his - tórico. Y esto tiene tal alcance que todas las concepciones antropológicas pos - teriores al sujeto universal conllevan la marca de la historicidad, especialmente el hombre activo, el hombre volitivo y el ser humano como proyección. Y como a partir del ser humano activo en particular se inicia la más grande transforma - ción de la naturaleza y la sociedad, cabe presumir que en aras de hacer realidad aquello, ha sido necesario que el hombre se experimente en su universalidad, en su pertenencia al todo. Ya hemos destacado como el animal racional se proyecta históricamente y en términos de una relación diacrónico-sincrónica nos sigue determinando. Mas es propiamente el homo viator el que abre la concepción de la existencia como histórica, sobre todo en cuanto a darle un sentido al acontecer histórico como camino de salvación. Con Hegel se radicaliza la historicidad por cuanto el sujeto universal que, para el filósofo, al mismo tiempo es Dios, junto con ser histórico él y desenvolverse dialécticamente con esa historicidad, traspasa todo lo que es en él y es parte o momento de su desarrollo. 79 http://www.filosofia.net/materiales/articulos/a_16.html

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