Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

f .1 2� MRMOl\lA HISTÓIUf..\ lidad lo dicho, el que recibió y publicó este Gobierno sin pérdida de tiempo. Todas las noticias referidas en el anterior oficio las habiamos ánt1is recibido por cornuuicaciones privadas: pero llegauan a nuestros oidos adultera.das y envueltas en mil soltsmas con qne las aumentaban, dis­ minuian y alteraban los diferentes af ec to s , y pasiones de los muchos conductos y aduanas por doude dehian llegar a una dilatada distancia; y lo mas perjudicial era el vicio ori,iinal con que muchas veuian conce­ bidas desde la misma Península, en la que residian muchos csploradorcs y espías que obraban acordes con los rerolucionarios americanos. Por estos motil'Os torio se reducía a coutrorersiil. afirmando los muchos fac­ ciosos, que el gobierno de Espaiia con el Hn de conservar las Américas nos alucinaba con noticias alagüeiias, pero que en la realidad estaba per­ dida la España, en cnya prueba se citaban papeles prh·ados dispuestos ar 4 liliciosamentc al efecto remitidos de R11enos-.\iresde la misma Espaiia; pero que regularnwnte eran forjados aquí por los mal intencionados rernltosos. · En estas circunstancias tan críticas claro está que nada im­ portaba tanto ni Gobierno de Cliile como una suma v i jilan c ia y sábia política para conserrnr el órden y fidelida<I del reino que daba manifies­ tas seiiales ele inminente peligro en los diversos partidos y OJÍiniones que públicameute se ventilaban con indecible acaloramiento y libertad. El Cabildo de esta capital qne hasta este tiempo era 1111 Cllerpo poco activo y oficioso, y que se puede decir solo servia para condecorar las funciones públicas con su asistencia, y a!lministrar remisamente los propios de ciudad, despertó repentinamente en este tiempo y lo vimos con admiracion, transfigurarse de un modo tan cstraiio, que al pa­ recer ocultaba 1111 gran misterio. Se hallaba esta corporacion, segun hemos dicho, con mui poco infh,:'l en el Gobierno, y tan diminuta en sus miembros que no podia deliberar sus acuer!los con la autoridad y !lecencia competentes; y para suplir estos defectos y asociar nada ménos qne doce Hejidores suplentes clijiéndolas a su a1·hitrio y voluntad. Con­ descendió el presidente con esta súplica, a mi parecer impolíticamente, y desde entónces se dió principio a las sesione� y cabildos co1t tal aplicacion que 110 siendo suficientes las diarios se suplian con las noc­ turnas, en las cuales era indecible la activi!lad y debates con que discutían y examinaban las materias mas árduas del Estado y defensa del Reino. La union y amistad con el Cabildo <le Buenos-Aires, que fué la causa principal de la pérdida de este Reino, sirvió de asunto controvertible en las asambleas nocturnas de aquel tiempo sostenidas con indecible ardor por la faccion mas numerosa y ya viciada de este cuerpo, y escluida de la parte sana y ménos poderosa como arriesgada y espuesta a malas re­ sultas: por último se redujo el asunto a Yotacion en las que vencidas por el mayor número los !lefensores del buen órden, se Yieron estos en la wecision de denunciar al Gobierno los insidiosos proyectos de aquel Cuerpo, informando que el mejor y mas seguro remedio era enervar y disolver aquella corporacion ántcs de adelantar y perfeccionar sus tor­ cidas ideas. Efecti ramcntc, aplicó el Gobierno csle remedio anulando la

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