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En América Latina, los responsables políticos y militares y la ciudadanía en general han sido
capaces de enfrentar con bastante éxito las causas que estaban en el origen de los desplazam ientos
forzosos de población o de los principales flujos de refugiados. Me refiero al proceso de
democratización en los países del Cono Sur y al proceso de pacificación, democratización y
desarrollo en América Central. Los acuerdos de paz de Esquipulas a que llegaron los países
centroamericanos con el apoyo de la
OEA
y de las Naciones Unidas constituyen un logro
importante de la diplomacia multilateral y del principio democrático relativo a la resolución
pacífica de los conflictos. Dichos acuerdos, además de históricos, tienen actualmente un carácter
ejemplar.
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La Declaración de Cartagena, que define el marco jurídico del tratamiento de los refugiados,
desplazados y repatriados centroamericanos, resulta de esa misma voluntad política y de una
profunda convicción de que una respuesta adecuada al problema de los refugiados y desplazados
es una contribución a la paz. La definición ampliada del concepto de refugiado que propone, a
ejemplo de la Convención de la
~UA
de 1969, es una respuesta solidaria y democrática al
problema de los desplazamientos forzosos que se plantean en el mundo. La Declaración de
Cartagena también tiene un carácter histórico y ejemplar.
La conferencia internacional sobre refugiados, desplazados y repatriados centroamericanos
(ClREFCA),
no es sino una consecuencia del mismo proceso, esta vez con el apoyo de la comunidad
internacional y de las organizaciones no-gubernamentales en una búsqueda por consolidar la paz,
la democracia y el desarrollo sostenible en la región.
El
ACNUR,
dentro de los límites humanitarios de su Mandato, participa activamente de este
proceso. El
ACNUR
está presente en América Latina desde el final de los años 60. Su primera
Oficina con jurisdicción continental fue abierta justamente en Buenos Aires en 1965.
En el Cono Sur de América Latina el
ACNUR
no se confronta con situaciones de emergencia. El
número de refugiados y solicitantes de asilo en la región es relativamente pequeño.
Existe un buen clima de cooperación con los gobiernos y organizaciones no-gubernamentales en
lo que respecta a la búsqueda de soluciones duraderas al problema de los refugiados. Razón
mayor para que juntos podamos reflexionar, casi preventivamente, sobre la formulación de una
respuesta institucional y jurídica sobre la temática a nivel regional. Este seminario constituye una
contribución a la reglamentación de los tratados internacionales relativos al Estatuto de los
refugiados en el derecho interno de los Estados signatarios. Estamos convencidos de que una
armonización legislativa y de procedimiento en la materia favorecerá un avance necesario del
derecho internacional de los refugiados en la región. Este es el objetivo de nuestro encuentro.
Muchas gracias.
