Ciencia y tecnología en la cuenca del pacífico - page 259

ejemplo y sacrifico, en la comunión católica" (Eyzaguirre, 1958). El mismo
Eyzaguirre analiza brevemente la formación de la creencia hispánica en su
superioridad, cuando expresa que los pueblos árabe y jud (o inyectaron al espíritu
religioso español el concepto de guerra santa y la conciencia de una misión histórica
providencial, cosas ambas que el cristianismo armoniza y depura. Bajo la religión
católica, todo toma su inspiración en el fin trascendente del alma y su destino
inmortal. (Eyzaguirre, 1958). Portador de esta creencia, el Hidalgo se enfrenta al
"Benthamita" heredero del Puritanismo y su mesianismo económico, que acaba con
la moral objetiva y la sustituye por una norma utilitaria de este mundo. "El
gentleman, a pesar de todos sus estudiados modales, es en el fondo un mercader;
mientras
I
hidalgo, no obstante su raída exterioridad, es un señor". (Eyzaguirre,
1958).
Para una Latinoamérica que ya conoce el fruto prohibido del positivismo, la
creencia en la fe catól ica y la superioridad del pasado, no basta. Se crea entonces
otra creencia, la de la "raza escogida", más espiritual, más idealista. más culta.
Vasconcelos la llama "Ia raza cósmica". Y Víctor Raúl Haya de la Torre rebautiza al
continente como "Indoamérica".
La creencia se vuelve ideologl'a con el marxismo. Un enorme sector de intelectuales
latinoamericanos absorbe la visión de la misión histórica del proletariado. El pueblo,
la raza, la religión elegida dejan su paso a la "clase elegida". El Partido Comunista
demanda fe, exige una obediencia ciega que no está basada en el análisis difl'cil y
sofisticado de Marx, sino en la creencia más allá del revisionismo y la cnlica. La
creencia marxista contiene un indudable llamado a los cient(fjcos, hombres que por
su profesión deben'an estar más allá de la creencia, hundidos en el frl'o análisis de la
realidad. "Para aquéllOS nUENOS estados que son marxistas por formación
y
simpatía, la creencia en la fertilidad de la ciencia es natural, porque ellos igualan
vagamente Marxismo con ciencia, y as! miran la ciencia como un instrumento para
la transformación de la sociedad". (Shils, 1967).
Pierre Chaunu (1967), en su excelente trabajo sobre la cultura hispánica y su
aptitud al crecimiento, afirma que esta cultura ha escogido la "frontera", con todas
sus consecuencias. El hecho, sin embargo, supone algo más que el aislamiento
cultural, ya que va creando instituciones, creencias y actitudes como la "Iimpieza de
sangre", que se impone profundamente en la mentalidad del pueblo y que lleva al
aislamiento de la burgues(a. Más allá de este hecho, más allá del rehusar colectivo a
la movilidad social, está la creencia en una catolicidad intransigente. Esta creencia
paraliza el crecimiento económico y el libre desarrollo del intelecto, el progreso en
la filosof(a y en la construcción de una ciencia emp(rica, positiva. Todo esto, sin
embargo, "constituye una oportunidad suplementaria para la creación estética, para
la narrativa. La angustia, la tensión trágica, es una de las condiciones de la belleza".
Esta puede ser una de las fuentes más importantes en la razón de la inmensa
superioridad de la narrativa hispánica sobre la ciencia natural. Se prefiere la creación
literaria simplemente porque se valora más lo subjetivo. En muchas ocasiones se ha
puesto de relieve que el empirismo español se desarrolla tarde y mal. (Maravall,
1947).
Nada mejor que acudir a Ernesto Sábato, el físico teórico argentino que devino en
conocido literato, para encontrar viva y desafiante la pasión literaria y el desprecio
por la ciencia. "La ciencia ha sido un compañero de viaje, durante un trecho, pero
ya ha quedado atrás... Muchos pensarán que ésta es una traición a la amistad,
cuando es fidelidad a mi condición humana. De todos modos, reivindico el mérito
de abandonar esa clara ciudad de las torres (la Ciencia) -donde reinan la seguridad
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