Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

L ... s REL...CIO:>lES ENTRE AMÉRIC'" L ... TlN .... EST"'DOS U:>IIDOS y EUROP'" OCCIDENT....L esta razón que las proposiciones que aquí se avanzan deben considerarse como esencialmente provisorias y como meramente exploratorias en el intento de definir un campo verdaderamente relevante para nuestro pro, pósito. Cuando en 1975, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó los instrumentos 3201 (S-VI) Y 3202 (S-VI) que aprobaron la Resolu– ción V el Programa·deAcción sobre el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (N.O.E.I.), el movimiento tüturológíco se en contraba ya en pleno florecimiento como ha quedado indicado. Tanto el :-.l.O.E.I. como el movimiento futurológico habían surgido de la conciencia de una ilegitimidad. Pero mientras el N.O.E.!. focalizaba esta ilegitimidad en el sistema económico .internacional de postguerra, en su evidente crisis y en la necesidad de crear un nuevo sistema de carácter más igualitario para las posibilidades de desarrollo económico de los Estados– Naciones, el movimiento futurológico, por lo menos en aJgunas de sus ver– siones, ya había diagnosticado una ilegitimidad más extensa y profunda, la ilegitimidad del orden éxistente en su sentido más amplio, propiciando un Nuevo Orden Mundial (N.O.M.) igualitario para los seres humanos que hiciera posible el desarrollo integral de cada habitante del planeta. El N.O.E.!. tiene pues un carácter mucho más concreto (aunque en sí mis– mo es también necesariamente vago), pero en el fondo, su concepción mantiene mecanillmos y motivaciones fundamentales· del orden vigente, ya que imagina o supone que los sistemas económicos del Tercer Mundo pueden alcanzar un orden igualitario en un nuevo orden económico internacional "que seguirá extrayendo su dinamismo de la producción para la exportación y de las corrientes internacionales de inversiones y de innovaclon tecnológica,,4; supone que "el "desarrollo" entendido en su sentido más convencional significaría para el Tercer Mundo lo que ha significado para los países que ahora son prósperos e industrializados -es decir, producción y consumo masivos que se estimulan mut.uamen– te- pero que las crisis cíclicas, la lucha por los mercados, la explotación de los débiles por los fuertes, la degradación del medio ambiente humano y otras desventajas de esa dasede desarrollo se atenuarían por una mezcla de planificación, negociación y buena voluntad"s. Aunque retórica– mente el Tercer Mundo o algunos de sus líderes critique el modelo de las sociedades de consumo, las premisas en que descansaría el N.O.E.!. parecen ser las señaladas y) en todo caso, la unidad básica en su nego– ciación continúa siendo el Estado-Nación. En cambiO, el N.O.M. cuestiona la concepción misma del "desarrollo" convencional, postula un "desarrollo integral" del ser humano en todas sus potencialidades, plantea un desarrollo centrado en la plena • Marshall Wolfe, "Las utopías concretas y su confrontación con el mundo de hov", CEP...L/ns/134, marzo, 1976. . ó Ibíd. 'So

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=