Desarrollo de la Antártica

Mateo Martinié B. I INTERÉs, PREOCUPAC¡ÓX y PRESENCIA AXTÁRTlCA ••• Sociedad Geográfica de su país el lQ de marzo de 1889. Inclusive ta– les intrépidos capitanes magallánicos le habrían conducida en singu– lar exploración que, por lo demás, debió servirle al referida ingenie– ro de antecedente inmediata para ;peticianar en 1892 ante el GO'bier– no argentina una autorización para instalar una estación destinada a la pesca de cetáceas y pinipedos, sin obtener par parte de éste reso– lución favorable alguna. Enterada de tales intenciones y aprestos, el Gobernador del Territo– riO' de Magallanes, capitán de /Navío Manuel Señoret, se adelantó en representar al Supremo Gobierno, par el mismo tiempo, su preocu– pación en razón de los derechos ,que a Chile Jlodían asistir acerca del daminia de las tierras polares, con la que se consignaba, además la primera manifestación gubernativa de :\1agallanes sobre la matería antártica. El interés por las regiO'nes situadas allende el cabo de Hornos, no tardaría en generalizarse en diversos circulas de la ;pequeña pero ya pujante Punta Arenas, en particular durante la épaca en que el ~a' bío sueco Dr. Otto Nordenskjald hizo de ella la base de sus expedi– ciones de reconacimienta científico en las tierras fuego-patagónicas. Este recibió de la autoridad territarial, el Gabernador Señoret, cuan– tas facilidades y apaya pudieron prestársele, estableciéndose entre am– bos una amistosa relación que, sin duda, hubo de servir para que el prestigioso hombre de ciencia pla-nteara allGobierno de Chile la reali– zación de una expedición,de exploración científica al territoriO' antár– tico (1895). Y que el interés polar trascendía inclusive a las medias gubernativos lo prueba el hecho de que entre tanta, algunos empre– sarios y camerciantes de :Punta Arenas se dieron a la organización de una expedición de ~arácter mercantil destinada tal vez a la captura de lobos marinos ele piel fina. Esta expedición que se iha a realiz:u en .un 'Vapor de nambre El Esquimal, O' ¡bien, .oso Polar, nO' llegó fi– nalmente a praducirse. Na bien fueron conacidas en SantiagO' de Chile las intencianes del Dr. Nordenskjald de OJ:~ganizar una expedición a la región palar aus– tral, especialmente a las islas Shetland y península Antártica, el Go· bierno a carga entonces del Presidente FedericO' Errázuriz se apresuró a ofrecerle toda su cancurso, entendido fundamentalmente en cuanto al suministro de la nave -la corbeta Magallanes- para la exploración. Caetáneamente la Sociedad Científica de Chile, presidida a la sazón por el iDIf. Federico 'Puga Barne, apoyó con entusiasmo el proyecto, interesándose vivamente en su realización, comprometiendo, asimismo, su cooperación. Si hubo comprensión y apayo para la propuesta expe- 4 1

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