ALIMENTOS Y ENERGIA: IMPLICACIONES
POLITICAS
y
ECONOMICAS
Dr. Fernando Monckeberg B.
Director del Instituto de Nutrición
y
Tecnología 'de Alimentos. Universidad de Chile
En 1798, Maltus escribió su "Ensayo sobre, íPl"incipios de 'Población".
(1). En él decía: "Creo que podría formular, dos postulados: Uno:
que los alimentos son indispensables para la existencia del hombre.
y
d0s, que la pasión entre los sexos es necesaria, y que este estado
se mantendrá relativamente así por el resto del tiempo. Conside–
rando entonces mis postulados como aceptados, digo que la capaci–
dad de crecimiento de la población es infinitamente más grande que
la capacidad de la tierra para producir subsistencia al hombre. Cuan–
do no está bajo control, la población crece en proporción geométri–
ca. En cambio, la sUlbsistencia lo hace solamente en proporción arit–
mética. ({Jn conocimiento superficial de las matemáticas demostrará
la inmemidad de la primera capacidad, en relación con la segunda.
No veo formas de que el hom'bre pueda escapar al peso de esta ley
que rige para todos los seres vivos".
Desde entonces han transcurrido
li80
años. ¿Qué ha ocurrido du–
rame todo este tiempo? ¿Se ha cumplido lo predicho por Maltus?
Al menos iliasta hoy día debemos reconocer que no. -Es cierto que el
crecimiento de la población ha excedido las más pesimistas expec–
tativas. \De 600 millones de habitantes que tenía la tierra en esa
época, ha aumentado a
4.000
millones. Sin embargo, la producción
de alimentos ha superado el crecimiento vegetativo de la población.
La producción de grano, que representa el
70%
de las calorías con–
sumidas por el mundo, se ha mantenido lo suficientemente encima
del crecimiento de la población como para permitir mejorías anua–
les del consumo per cápita de alrededor del 1
%
(2). Ello 'ha favo–
recido a que la situación nutritiva de la población del mundo ha–
ya mejorado como promedio, y que tal vez haya alca.nzado los me–
jores niveles de toda la historia de la humanidad (3).
Hasta ahora no se Iba cumplido la profecía maltusiana. Sin em·
bargo, no podemos ser optimistas. Nunca como ahora hay tantos des–
nutridos en
el
mundo. Aproximadamente
600
millones de indivi–
duos están subnutridos
y
2.000
millones desnutridos (4). El avan·
ce no se ha compartido igual entre ricos y pobres. Durante las últi.
mas décadas en los países prósperos, cuya producción aumenta apro-
