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PROBLEMAS BÁSICOS Y EXPERIENCIAS GENERALES
como en la transformaci6n de la
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en la ALADr.
Por otra parte, tampoco puede excluirse una revalo–
rizaci6n de las funciones políticas tradicionales
de las organizaciones regionales como consecuencia
del fracaso de los esquemas alternativos con que
fueron enfrentados, especialmente en el caso de los
modelos econ6micos neoliberales. No deja de ser sig–
nificativo que un país como Argentina haya reorien–
tado su política exterior hacia una posici6n más in–
tegracionista y que incluso en Chile se haya empezado
a replantear en las esferas oficiales la conveniencia
de participar más activamente en los esquemas existen–
tes en esta materia.
Un proceso similar parece estar ocurriendo en el
área financiera. Después de que las fuentes multila–
terales de financiamiento regionales fueron perdiendo
su significaci6n ante la explosi6n de liquidez y el
creciente papel de la banca internacional privada co–
mo proveedora de crédito externo, la crisis con que
culmin6 este fen6meno ha llevado a muchos países de
la regi6n a revalorizar esas fuentes tradicionales de
financiamiento y las ideas desarrollistas que les sir–
vieron de base.
El papel político desempeñado por las organizacio–
nes econ6micas regionales también se ha visto en par–
te complementado y en parte remplazado por el papel
análogo desarrollado por entidades de naturaleza más
global, como la UNCTAD, el Grupo de los 77, el movi–
miento de los Países No Alineados, algunas asociacio–
nes de productores de materias primas, etc. Esta ten–
dencia coincide con la mundializaci6n de las relacio–
nes internacionales de América Latina, proceso en
virtud del cual el marco del sistema interamericano,
tanto te6rica como empíricamente,
ha ido perdiendo
relevancia para el estudio de las relaciones interna–
cionales de la regi6n. Los países latinoamericanos
más grandes han logrado una cierta diversificaci6n de
sus vínculos externos y una parte crucial de sus pro–
blemas econ6micos se plantean hoy en un contexto glo–
bal de economía política mundial más que en una dimen–
si6n puramente local o regional. Por otra parte, y a
pesar de las preferencias de los propios latinoameri–
canos, la regi6n se ve amenazada de convertirse en
una arena de lucha del conflicto Este-Oeste, como se
observa en el caso centroamericano.