Cooperación regional para la seguridad alimentaria - page 341

Maria Teresa Inlante
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BASf.5 DE U:-IA POLÍTICA ...
medidas autónomas de conservación, tenderán a aplicar políticas de
apertura en el manejo de esos recursos, como es el caso de los paí–
ses insulares del Pacífico Sur.
La realidad del Pacifico Sudoriental (Chile, Perú, Ecuador espe–
cialmente) pueden hacer variar esa tendencia, habiendo demostrado
un liderazgo político en el afianzamiento de nuevas posiciones en fa–
vor de la extensión de la jurisdicción nacional más allá del mar te–
rritorial. Esta posición política tenderá a ser probada en la práctica
con la capacidad negociadora que se demuestre frente a la demanda
externa por los recursos de las Zonas Económicas Exclusivas. inclu–
yendo, en el caso de Chile, los de sus islas oceánicas, así como por
la naturaleza de la cooperación con países pesqueros distantes.
Una de las percepciones que existen en la materia señalan que
en general los países en desarrollo se encuentran en desventaja eco–
nómica y tecnológica en caso de acuerdos con naciones pesqueras
industriales, con el objeto de asegurar un uso óptimo y equitativo
de las poblaciones compartidasl!. El país tuvo una experiencia li–
mitada en el pasado con la
URSS
y actualmente acepta la participa–
ción de buques fábricas japoneses, coreanos y españoles. bajo la
fórmula de sociedades chilenas. al sur del paralelo NI? 44° 30' de la–
titud sur, que hipotéticamente contribuyen a la exploración de los
recursos
4 •
Estos buques operan acogidos al Estatuto del Inversionis–
ta, capturando principalmente merluza española.
El interés creciente en las pesquerías de alta mar, más allá de las
200 millas chilenas. de especies comunes a las que se encuentran en
las 200 millas chilenas (jurel particularmente), ofrece nuevos elemen–
to~
de juicio para la elaboración de una política de desarrollo de
las pesquerías oceánicas. Este aspecto merecería ser analizado de
manera complementaria o armónica con las fórmulas que operan al
sur de la latitud señalada, evaluando crítícamente las posibilidades
de que las operaciones de las flotas extranjeras se efectúen dentro de
un marco común de referencia establecido con el Estado costero.
Una hipótesis semejante debería probarse más verosímil en el caso
de que fuera la industria pesquera nacional la que disputara o com–
pitiera con las flotas extranjeras en el área de migración de las es–
pecies e impulsaran una acción internacional en ese sentido.
El estudio del especialista V. Kaczynskil'i puso de manifiesto que
la~
potencialidades poBticas para un manejo conjunto de poblacio-
"Véase Kaczynski. V. M. Op. Cit., pp. 2-3.
'Véase comentarios sobre este tema en A. Couve. "Conflicto entre buques fac–
toría y plantas pesqueras en tierra en la zona sur·austral de Chile".
Chile Pes–
quero,
1985,
NQ 30
39-43. Recoge antecedentes de un trabajo de
M.
Agüero y V.
Correa sobre "Rentabilidad y perspectiva de los buques factoría de Chile", pre–
sentado a las
v
Jornadas de Pesquería Chilenas.
U.
C. Valparaíso, 1984.
·Op. Cit., p. 19.
1...,331,332,333,334,335,336,337,338,339,340 342,343,344,345,346,347,348,349,350,351,...399
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