Maria
T~rua
Infante
C.
y
Juan Reutter
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LA!
'/!.ASES DE UNA roÚTICA •••
noamericanos. puede significar introducir en
el
Pacífico oriental su
interés en el aprovechamiento y la explotación de los recursos vivos–
aunque muchas de las reticencias a participar derivan de la falta de
percepción común acerca de la necesidad de un organismo de esta
na turaleza.
Planteados así los principales esquemas de cooperación sobre re–
cursos vivos -existen otros en materia de medio ambiente y conta–
minación- se observa una incipiente preocupación por los temas de
la cooperación internacional en el manejo de recursos vivos mari·
nos, con un fuerte énfasis en lo relativo al atún, producto de una
h:storia diplomática rica en conflictos y entendimientos con Esta–
dos Unidos. La tónica de la región ha sido la de países donde no
ha existido hasta hace pocos años, una fuerte demanda extranjera
por
el
acceso a los recursos marinos.
Sin embargo,
el
interés creciente en el acceso a los recurnos vivos
en un país como Chile puede contribuir a modificar ese patrón tra–
dicional.
IV. EL
MARCO INTERNACIONAL DEL DESARROLLO DE LAS PESQUERÍAS
OCEÁNICAS
Las variables política,> que inciden en una política para el desarro–
llo de la pesquería oceánica dentro y más allá de la Zona Económi–
ca Exclusiva de 200 millas deben analizarse estrechamente vincula–
das a las variables jurídicas generales que se han configurado para
servir de sustento a nuevas políticas marítimas en las dos últimas
décadas.
El marco institucional más relevante para este fin es el que de–
riva de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar, suscrita en 1982, por más de 130 países (Chile); fruto de las
negociaciones en la
nI
Conferencia de Naciones Unidas sobre Dere,–
cho del Mar. En ese instrumento se incorpora la Zona Económi–
ca Exclusiva de 200 millas, con carácter de espacio diferente del mar
territorial
y
de la alta mar, en el cual cada Estado costero posee de–
rechos soberanos sobre todos los recursos naturales, vivos y no-viv03,
hasta una distancia de 200 millas que abarca el suelo, subsuelo y la
columna de agua.
Desde el punto de vista de este estudio, la Convención de 1982
constituye un instrumento único para generalizar y uniformizar las
prácticas nacionales en materia de Zona Económica Exclusiva, pero
en su aplicación en el Pacífico Sudoriental cuenta con una debilidad
inherente producida por la falta de firma de Ecuador y Perú, posi.
ción sustentada básicamente en argumentos territorialistas que asi–
milan la Zona Económica Exclusiva al régimen común del mar te-
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