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CHILE Y ARGENTINA
Seis factores parecen explicar estas crisis suce–
sivas e históricamente persistentes:
1. El diseño de marcos generales de cooperación
que pugnan con la necesidad de encontrar respues–
tas a problemas específicos.
2. El desarrollo de superestructuras jurídicas, como
solemnes
y
declarativos tratados, que contrastan
con las realidades de base de los países participan–
tes.
3. La existencia de organismos autosuficientes que
terminan por justificar su propio interés
en
detri–
mento o contradicción con los intereses de las
respectivas sociedades nacionales.
4. El predominio del interés burocrático, de manera
incompatible con las necesidades de vinculación
del sector privado, profesional, académico
y
otros.
5. Desarrollo de tendencias centralistas que afectan
la presencia
y
experiencia directa de los intereses
regionales o provinciales.
6. Visión ideológica-utópica de la integración, en
perjuicio de los mecanismos de participación
efec–
tiva.
La consecuencia ineludible de estas experien–
cias negativas ha sido la de provocar, en diferentes
períodos, una desilusión con el sistema regional
y
la
exploración de alternativas individuales en el sis–
tema internacional más amplio. Numerosos han
sido los intentos de establecer una relación especial
con Europa, los Estados Unidos o el Pacífico. pero
ellos raramente han logrado éxito. Esto, a su vez, ha
llevado a la necesidad de producirun reencuentro
de
cada país con América Latina, fenómeno que ha
sido especialmente manifiesto en el caso de Argen–
tina
y
Chile.