América Latina y Asia-Pacífico

310 WILLlAM M. HAYES perjudicial para quienes deban satisfacer sus necesidades en el futuro. En el caso de la industria minera, una mirada retrospectiva nos revela que el decenio de 1970 fue de cierta manera un período en que se despertó la conciencia de la importancia del medio ambiente y su protección. En una segunda etapa, durante la década de los ochenta, la industria ya había logrado considerables avances, con una clara comprensión de que el mero cumplimiento de los reglamentos y las normas no era, ni sería, suficiente. En la actualidad, ya bien avanzada la tercera etapa, nos proponemos llegar más allá de una responsabilidad distante, indiferente: nuestro objetivo es ampliar el alcance de la gestión empresarial, de modo de incluir el mejoramiento de la calidad de vida como resultado de la actividad comercial e industrial. En breve, se trata de que la empresa tome conciencia de sí misma como miembro de la comunidad que la acoge, y que también se reconozca como protagonista de un mejor presente y futuro para esa comunidad. Desafortunadamente, en el movimiento ambiental hay quie– nes han llegado a la conclusión de que la minería, como instru– mento de explotación de un recurso en vías de agotarse, es esencialmente incompatible con la protección del medio am– biente y con el desarrollo sostenible. Igualmente desafortunado es el hecho de que hay en nuestra industria quienes ven en la protección del medio ambiente y en el desarrollo sostenible solamente un emblema de las fuerzas hostiles a la minería. No nos hacemos ningún favor si rechazamos la noción del desarro– llo sostenible mientras los gobiernos de los países en desarrollo intentan estructurar sus políticas económicas y sociales encua– drados en ese marco. No hay razón para que nos cause inquietud el desarrollo sostenible, aunque a veces la retórica puede sonar poco prácti– ca y abstracta. De hecho, llevamos a cabo el desarrollo sosteni– ble esforzándonos por lograr el nivel de producción más efi– ciente y sin malgaste, el grado más alto de protección ambiental