Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida

bueno y justo. Especialmente en el campo de la medicina y la biología, central en la bioética contemporánea, se ha hecho necesario refrasear la tradición filosófica en un re– gistro que permita emplearla considerando la acumula– ción de informaciones y las transformaciones del conoci– miento. Como se ha indicado, el movimiento bioético se inició con la discusión pública de "casos" relativamente espectaculares y solamente después se extendió a las prác– ticas más regulares y cotidianas de los oficios de ayuda, sin que pueda decirse que su desarrollo sea universalmente uniforme. La Comisión primeramente establecida en el Congre– so estadounidense y luego en la Presidencia, concluyó sus deliberaciones con proposiciones de orden práctico que debían regular el tratamiento de las personas que inter– vienen como sujetos en las investigaciones biomédicas y conductuales. Uno de sus más concluyentes aportes, tal vez no el más substantivo pero sí el más difundido, fue sistematizar principios "de nivel intermedio" que codifi– can los modos de proceder en la toma de decisiones éticas. Estos principios, que reeditan trabajos de muchos autores, pero especialmente de W.D. Ross, son esencialmente cua– tro: no-maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia. A estos principios de la bioética estadounidense, co– nocidos también como el "mantra de Georgetown" por la popularidad que luego adquirieron y la rápida divulga– ción de que han gozado, deben por cierto agregarse mu– chos otros que en uno u otro momento han sido erigidos en directrices de las decisiones éticas en medicina y biolo– gía. La discusión debe considerar, asimismo, que la cultu– ra en la cual aparece por primera vez el discurso bioético inspirado por estos principios tiene algunos rasgos pecu- 48

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