Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida

cultural nunca enteramente reprimida del pensamiento humano y a veces difícilmente institucionalizada. Los fenómenos a que aquí se alude han sido formulados en dos formas complementarias. Por una parte, se trata de la "tecnificación" de la medicina. Por otra, de la "medicali– zación" de la vida. Si la primera expresión indica la influen– cia de las ciencias positivas en el arte de curar, la segunda refleja la presencia ubicua de la medicina en todas las esferas de la vida, incluso en aquéllas reservadas anteriormente para el consejo amistoso, la guía espiritual del confesor o la indi– cacióndel líder carismático. La contracorriente se caracterizó por intentar comprender, y luego dominar, la tecnificación y por limitar, y luego moderar, la medicalización. La tecnificación y la medicalización (que podría con– siderarse una expresión particular de la primera) podían considerarse triunfos de la razón instrumental. Conjunta– mente con ellos, sin embargo, persistió no sólo la huida de la autoridad sino la fragmentación del lenguaje moral y la existencia tenaz de dilemas sin solución razonable. Espe– cialmente en las prácticas sociales, el acuerdo no parecía garantizado. Así como los marinos que acompañaban al capitán Cook en su viaje alrededor del mundo se escanda– lizaron ante las prácticas sexuales de los habitantes de Hawaii, éstos se sintieron sorprendidos por el hecho de que los hombres y mujeres occidentales comieran juntos. Los tabúes de unos y otros parecían, a primera vista, irracionales e incomprensibles. Involucraban, como en as– pectos más complejos, diferentes valoraciones que afectan el hábito, la costumbre y el carácter, términos todos rela– cionados con el significado de la voz"ética". También aquí se hizo evidente la necesidad de establecer alguna forma razonable y razonada de afianzar la autoridad moral. 32

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