Proposiciones para una teoría de la medicina

instrumentales o técnicos, los hermenéuticos o comprensivos y los emancipatorios o morales están contenidos en esas pre– guntas. Para la medicina en conjunto tienen estas tres preguntas importancia fundamental por dos motivos: primero, la medicina no es una ciencia pura sino espuria; desde su nacimiento está contaminada de intereses diversos: los actos médicos tienen multiplicidad de significados. En segundo lugar, por la profe– sionalización y la especialización de la medicina, características culminantes de la contemporaneidad. La racionalidad instrumental de las "ciencias de objeto", que el paradigma kantiano defendió como la única que asegura un "paso seguro" (sicherer Gang) en el dominio del mundo, impli– ca una ética epistemocrática: sólo la razón es autónoma, sólo el conocimiento puro debe ser respetado. La pureza le viene a este conocimiento de tratar con "objetos" independientes del obser– vador y de no estar asociado a ganancias o aplicaciones prácti– cas. Los "objetos" de las matemáticru; son más puros que los de la física y éstos más aún que los de la ingeniería. Las ciencias pueden ordenarse en jerarquías de acuerdo a lo puro (o funda– mental) de sus objetos. Éstos son más "reales" mientras más "miradas" contribuyan a afianzarlos. La pupila universal de un observador generalizado, que sólo existe sub specie aeternita– tis, es garantía de objetividad. Esta pupila, que pertenece a muchos, en realidad no es de nadie. Los objetos de tales ciencias son "objetivos" a fuerza de no tener aspectos, perspectivas, puntos de vista. Pertenecen a una realidad inmutable, regida por las estructuras eternas de la razón. Obsérvese que, paradójicamente, mientras más abstractos tales objetos, más reales -en el sentido de universales- son. Las ciencias práxicas, o de acciones, consisten en permanentes opciones de realidades a conocer y construir. La realidad social 124

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