Proposiciones para una teoría de la medicina

entre texto y viñeta no es sólo artificio para mantener la atención del lector sino, especialmente, sístole y diástole de la reflexión, que así adquiere distancia de sí misma. Este volumen continúa una serie de publicaciones que insensi– blemente han derivado hacia la búsqueda de adecuados funda– mentos para la investigación, la práctica y la enseñanza. Es un libro gestado a lo largo de años de adelantos y retrocesos. A su presentida existencia debo un cauce ordenador para dispersos intereses. Trata de ser un resumen, incompleto, de preocupacio– nes expresadas en charlas, artículos y libros, con finalidades muy dispares y para auditorios muy diversos. Al terminar mis estudios médicos en la Universidad de Chile, y tras incursiones en la historia y la filosofía, tuve el privilegio de trabajar bajo la dirección del profesor Paul Chris– tian, en la Universidad de Heidelberg, Alemania Federal. Chris– tian fue el sucesor directo de Viktor von Weizsacker, polifacéti– co espíritu de enciclopédicos intereses, cuya herencia consistió en más de alguna heterodoxia. Algunos de sus discípulos quisie– ron convertir las heterodoxias en axiomas. Otros las conserva– ron como utópicas esperanzas. Mi interés se dirigía a concebir la medicina en una amplitud que no fuera en zaga a lo que, inmodestamente, consideraba mi vocación integradora, la cual, ahora sé, es básicamente sentido común matizado por la refle– xión. Las disciplinas de medicina psicosomática, medicina an– tropológica y antropología médica, que yo iba a buscar, traían ecos de inéditos espacios y trascendentes aspiraciones. Como todas las expectativas largamente acariciadas, la mía terminó convirtiéndose en una sobria comprobación de límites. Lo que encontré no era exactamente como lo imaginaba, ni yo podía considerarme el portavoz más autorizado para su difu– sión. Necesidades pragmáticas me hicieron derivar a la usual artesanía de los datos (que los alemanes llaman el wissenschaft- 10

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