Evaluación del aprendizaje autoconstruído: motivando la autonomía del universitario

Autoevaluación del Proyecto RUGIERO, A. M. et. alt. 95 PREFACIO Motivación del Equipo Reconocemos la génesis de nuestro interés por abordar el tema de la autonomía del universitario, en el Seminario “La Enseñanza del Proyecto” impartido por el Profesor Emérito de la Universidad de Lovaina Jean François Mabardi, en noviembre de 2001. Tras una semana de intenso trabajo colectivo en la apartada localidad de Cuncumén –donde se realizó el seminario citado- los Profesores Hernán Marchant, Jaime Díaz y Aldo Hidalgo, dictaron en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, el curso- taller “El Proyecto como Modelo Pedagógico”, incentivando la revisión de las modalidades evaluativas que empleábamos cada uno de los participantes, en nuestra docencia. Por primera vez en nuestra carrera docente, profesores de distintos niveles y ramos de la carrera tuvimos un espacio común de encuentro, de discusión y de actualización -que por cierto, agradecemos a su gestor, el Profesor Hernán Marchant, entonces Director del Departamento de Diseño y luego Director Académico de la Facultad, quien sigue fomentando el surgimiento de un verdadero espíritu de cuerpo entre los académicos de las tres Escuelas que la componen. Surgieron en ese período algunas iniciativas de trabajo conjunto, entre las cuales se encuentra ésta, que buscó determinar la convergencia y posible correlación entre la autonomía universitaria y las modalidades de evaluación efectivas o posibles, dando lugar a un estudio cuyos resultados, desde la práctica docente, se presentan en esta ocasión. Formulación de Objetivos A la luz de la actualización compartida con colegas de las tres Escuelas, en las instancias ya señaladas y las que siguieron después -los Seminarios II y III, de la Enseñanza del Proyecto, y las jornadas “Mes Activo” organizadas en el marco del Proyecto MECESUP UCH – 0217- cambió el eje de referencia del compromiso docente de muchos de los participantes. Ya no nos sentimos comprometidos exclusivamente con la disciplina, la Universidad y el gremio, sino también y muy especialmente, con el estudiante, su pertenencia a la sociedad actual y su futuro desempeño como profesional en un mundo que ha adquirido características inéditas - global, intercomunicado, altamente tecnológico, etc. Cabe asociar a esa puesta en relieve del rol del estudiante, el interés de conocer más y mejor el perfil inicial de los alumnos, como así también su “caudal” de experiencias, aptitudes e intereses. Esto constituye una de las premisas del aprendizaje activo: tomar en consideración

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