La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

245 populares, líricas y épico-líricas, acompaña al pueblo griego al menos desde hace un milenio 335 . En esta poesía mortuoria - los miroloïs , cantos de la muerte y la fatalidad, cantos de la moira -, los difuntos realizan la acción opuesta a la katábasis del viejo Odiseo homérico. No es el descenso de un viviente, sino el ascenso, la anábasis de los muertos, la que se cumple en estos poemas. Este anábasis es repetida en cientos y cientos de cantos en los que las mujeres hacen ascender a los difuntos a la vida, aunque sea a la vida en la poesía. Porque en realidad, ellos hablan desde el Hades, aquel reino oscuro y subterráneo de la muerte donde se encuentran. Paradojalmente, en un pueblo tan profundamente cristiano como el griego, en la poesía popular - que lo acompaña desde el nacimiento hasta la muerte en todas sus actividades, en sus penurias y sus alegrías -, el mundo de los muertos es en esencia semejante al que pintó Homero. Lleva el nombre del dios Hades que tempranamente pasó a designar también a su reino; hay en él una fuente del olvido semejante al Leteo. Es un lugar subterráneo, sombrío, oscuro, poblado por sombras. En él está la inexistencia, mientras que arriba, en el "apano kosmos" sigue la vida, recordada con nostalgia intensa, a pesar de su incertidumbres y sus dolores. Impera en ese reino de la muerte no el antiguo dios Hades, sino el moderno Caronte, que de antiguo barquero sólo conductor de difuntos, ha evolucionado y es ahora un negro caballero, que, jinete en un negro corcel, da caza a los humanos, les quita la vida y los lleva al Hades. Pero aquí no nos referiremos a este personaje 336 . El motivo del Hades como mundo oscuro donde los muertos sufren por la nostalgia de la tierra donde hay luz y vida, no sólo impregna la poesía popular mortuoria a través de siglos. También aparece en obras de autores letrados. Recordaremos a Bergadís, representante del temprano renacimiento cretense, florecimiento literario que se desarrolla en ls isla de El Greco en el siglo XVI y durante casi dos tercios del XVII, hasta 1669, cuando Creta es conquistada por los otomanos 337 . El Apókopos de Bergadís fue publicado en Venecia en 1517, siendo así la primera obra neogriega impresa. El título está tomado del verso en que el autor dice que una noche "de fatiga - apó kopu - me quedé dormido". En su sueño persigue a una cervatilla y se sube a un árbol, y luego se ve repentinamente en el Hades. Allí, los muertos le preguntan ansiosamente por el mundo terreno. El poeta en apariencia comienza a escribir un poema didáctico sobre el motivo del memento mori . Pero en la realidad, su 335 Sobre la poesía popular: M. Castillo Didier: Poesía popular neogriega , Santiago, 1966; revista Más cerca de Grecia Nº12-13 1997 (Madrid), dedicada a la poesía demótica griega. 336 Véase en este volumen el ensayo: "Caronte: su supervivencia y sus metamorfosis" y Claudio Guerrero: “La figura de Caronte en la Odisea de Kazantzakis”, en Tres estudiantes descubren la Odisea de Kazantzakis y exploran la poesía de Kavafis , Centro de Estudios Griegos Universidad de Chile, Santiago 2000. 337 Sobre el renacimiento cretense, ver Alexandre Embiricos: La Renaissance Crétoise XVIe et XVIIe siecles , Colletion de l'Institut d'Études Byzantines et Néo- helléniques de l' Université de Paris, Les Belles Lettres, París, 1960 ; la revista Más cerca de Grecia Nº 11-1996 (Madrid), dedicada a la literatura cretense.

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