La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

130 Los calificativos con que la adorna Homero dan cuenta de la belleza y la pureza de la joven Nausícaa: ―la de peplo gentil‖, ―la de hermoso peplo‖ (VI, 49) euépeplos , ―la de cándidos brazos‖ (VI, 101, 186, 251 y VII, 12) leukólenos, ―la intacta doncella‖ (VI, 228) parthenos admés , ―la hermosa niña‖ (VI, 142) euópida kouren , ―la hermosa por el don de las gracias‖ (VI, 18) chariton ápo kallos échousa , ―la hermosa por el don de los dioses (VIII, 457) theón ápo kallos échousa , ―la buena muchacha‖ (VII,303) amýmona kouren. Su belleza deslumbra a Odiseo, cuando éste despierta en la costa de Esqueria y, desnudo y maltratado por el mar, se atreve a presentarse ante ella, cubriendo su sexo con ramas, para pedirle alguna vestimenta. La belleza que tiene ante sus ojos es tal, que le pregunta si es una mortal o una divinidad, y desde ya, declara venturoso a sus padres y hermanos, si es que es ella un ser humano. E igualmente venturoso sería quien mereciera desposarla. ¡Yo te imploro, oh princesa! ¿Eres diosa o mortal? Si eres una de las diosas que habitan el cielo anchuroso, Artemisa te creería, la nacida del máximo Zeus: son de ella tu belleza, tu talla, tu porte gentil. Mas si eres una de las muchas mortales que pueblan la tierra, venturosos tres veces tu padre y tu madre, tres veces venturosos también tus hermanos [...] Pero aquel venturoso ante todos con mucho en su pecho que te lleve a su hogar vencedor con sus dones nupciales 213 . Al pedirle alguna tela con qué cubrir su desnudez, Ulises le desea que tenga un esposo. La mira con ojos de padre, lo que, como veremos, también sucede en cierto modo en la nueva Odisea. Y los dioses te den todo aquello que ansíes, un esposo, un hogar, favorézcante en él con la buena concordia. Más adelante, Odiseo va a llamar ―hija‖ a la hermosa Nausícaa y declarará que le debe la vida. La princesa y su padre, admirados de la apostura de Odiseo (que ha sido embellecido por Atenea 214 ), piensan que sería un buen esposo. Seguramente estos pasajes de la Odisea sugirieron a Goethe la idea de una Nausícaa trágica, enamorada de Ulises, la cual al no verse correspondida se 213 Homero: Odisea , VI, 149-155 y 157-158. 214 Ibídem, VI, 229-231.

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