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Ética e Innovación Tecnológica
un fin y que produce un medio y que
produce un fin y al final… no tiene fin,
porque cada vez es perfeccionable y me-
jorable. No basta tener un teléfono para
hablar, ahora hay que tener un teléfo-
no digital o con un altavoz y, entonces,
cada vez el medio se va especializando y,
a su vez, sigue siendo un medio, pero lo
buscamos como un fin.
Verónica Weil
: A mí me parece que
justamente una de las claves de la in-
quietud ética que se da actualmente con
respecto al mundo científico-técnico,
tiene que ver justamente con ese punto.
Históricamente, se ha considerado tan-
to la ciencia como la técnica de una ma-
nera neutral; por eso, entonces, puede
hacer cualquier cosa, porque es neutral,
no es ni buena ni es mala. Sin embargo,
esto se ha ido desplegando y la tecnolo-
gía y la ciencia son tan valoradas que se
transforman en un fin. En ese sentido,
quizás ahí es cuando se produce este va-
cío, en que nos encontramos de pronto
frente a algo que es muy poderoso y que
no podemos controlar.
Eduardo Rodríguez
: Ese es el dilema
que vivimos hoy en día.
Álvaro Quezada
: En el tema del modo
de vida técnico, yo creo que es resca-
table la intervención de Jorge Ace-
vedo, porque a pesar de que no pudo
desarrollar todas las implicaciones del
pensamiento de Heidegger en torno a
la técnica, sí pudo señalar que el modo
de vida técnico es independiente de la
voluntad humana, y diría que esta es
una cuestión difícil de entender. Uno
está acostumbrado a entender la técni-
ca como herramienta al servicio de fi-
nes, ya sea de individuos o de grupos.
A juicio de Heidegger, la técnica tiene
un movimiento propio. Como bien lo
interpreta Jorge Acevedo, tiene una ma-
nera de autodeterminarse, y él lo plan-
teó muy bien cuando señaló que era un
“destino del ser”, que está inscrita en el
ser; eso implica que afecta a múltiples
sectores de la realidad. Especificó cómo
afectaba a la naturaleza, al hombre, al
pensamiento y al lenguaje. Entonces,
todos estos sectores de la realidad se van
haciendo parte del modo técnico —el
ser como lo dispuesto. A diferencia de
otros expositores, Jorge Acevedo habló
sólo de Heidegger, porque este pensa-
dor nos aporta una visión para entender
qué ha pasado de pronto con la noción
tradicional, con la noción clásica de la
técnica, ingenua si uno quiere, de que es
algo al servicio de la voluntad humana.
Aquí la técnica cobra independencia y
se establece como una “segunda natu-
raleza”; por ejemplo que ya no hay una
represa en el río, sino un río en la re-
presa; el paisaje ya no es un paisaje sino
simplemente turismo, y la naturaleza
no es sólo naturaleza sino material para
el consumo. El hombre también es un
material humano, en términos de ser lo
dispuesto para la producción.
María Angélica Torres
: Está bien de-
cirlo, pero ¿podemos oponernos a eso?
¿Podemos oponernos como grupo,
como seres humanos? ¿Podemos opo-
nernos a que Pascua Lama, por ejemplo,
esté siendo explotada en este momento?