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Estas categorías ayudan a aclarar y delimitar las responsabilidades del
•
farmacéutico en un sistema de prestación de asistencia sanitaria en
equipo.
La clasificación de los PRM puede ser el centro del desarrollo de un
•
proceso sistemático, mediante el cual el farmacéutico contribuye de
manera significativa a desarrollar una evolución positiva global de los
pacientes.
Un proceso sistemático no sólo es útil al farmacéutico para conseguir
•
un buen resultado en un paciente concreto, sino también para facili-
tar el desarrollo de una base de datos nacional e internacional sobre
PRM
(12-14)
.
Sin embargo, existen varias clasificaciones de PRM, lo cual dificulta la ex-
trapolación epidemiológica de los resultados
(15)
. La clasificación original
de Strand y col. incluye los problemas de indicación, efectividad, seguri-
dad y cumplimiento. La propuesta por el
Peters Institute of Pharmaceuti-
cal Care
de la Universidad de Minnesota
(15)
también incluye las mismas
cuatro categorías de PRM, al igual que el Colegio de Farmacéuticos de
Buenos Aires. Cada una de estas categorías tiene a su vez subcategorías.
Los PRM de indicación están relacionados con el uso de medicamentos
que no se necesitan, bien porque no haya problemas de salud que justifi-
quen su uso, porque sea una duplicidad innecesaria o porque existe una
alternativa no farmacológica más apropiada. En esta categoría también
se agrupan los problemas de salud que aún no han sido tratados y que
pueden requerir tratamiento farmacológico nuevo, o aquellos en los que la
falta de respuesta de un paciente se debe, a juicio del farmacéutico, a que
es necesario añadir un medicamento adicional al ya existente
(15-17)
.
Los PRM de efectividad se refieren a aquellos en los que se piensa que el
medicamento no es efectivo, o bien a casos en los que la dosificación es
insuficiente pero el fármaco es correcto
(16)
. Significa que el tratamiento
puede no alcanzar los objetivos terapéuticos para los cuales fue prescri-
to
(18)
.