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La menopausia, como interrupción de la rutina menstrual, es vivida con
mucha satisfacción por varios grupos humanos. En culturas donde hay
fuertes tabúes y prescripciones asociadas al período menstrual, como en
comunidades rurales en la región Norte, estudiadas por Motta-Maués
(6)
,
o en la región Nordeste, estudiadas por Costa e Gualda
(7)
, por ejemplo,
la menopausia es considerada como un “alivio” y una “libertad”. En este
último estudio –que deja en evidencia que la menstruación sirve como
“filtrador”, ya que después de circular por todo el cuerpo la sangre expe-
lida lleva la “basura” del cuerpo– la menopausia equivale al momento de
percibir el cuerpo permanentemente “aseado”. Este nuevo período libera
a las mujeres de la tarea de lavar sus “paños”, así como de la “vergüenza”
provocada por la exposición de los mismos en los colgadores de las casas.
O bien, allí donde se usan toallas absorbentes, la llegada de la menopausia
produce alguna economía en el presupuesto doméstico.
Costa y Gualda encontraron también en estas comunidades, en las cuales
la maternidad es una de las principales atribuciones de las mujeres, que
éstas se “consideraron generalmente felices porque sus cuerpos han cum-
plido el destino esperado”. Para muchas mujeres la menopausia suspende
la constante preocupación de la posibilidad de un embarazo no deseado,
sea en el matrimonio o en el adulterio o el estupro. En lugares donde la
anticoncepción no es una realidad accesible o recomendable, o donde la
violencia expone sobre todo a la población femenina, la menopausia pue-
de ser un momento muy bienvenido.
Por otro lado, donde la concepción de menopausia existe también puede
recibir metáforas e imágenes muy negativas. Para comenzar, entre mujeres
de un barrio periférico de São Paulo, Trench y Rosa encontraron que, al
decir de varias de ellas, la menopausia les “atacó”. “Se tiene la convicción
de que la menopausia es un acontecimiento inesperado y que, tal como un
enemigo o bandido, ataca las mujeres, cogiéndolas desprevenidas”
(8)
. Este
cambio en la vida de ellas llega insospechadamente, como una enferme-
dad cualquiera, sorprendiéndolas y exigiendo toda suerte de redefinición
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