B. HÁBITO DE LAS PLANTAS
El hábito está definido para la configuración de tallos y los caracteres del
follaje, los que en conjunto permiten reconocer las especies desde
distancias a las cuales no es posible apreciar los órganos particulares.
La descripción de un vegetal no esta completa si no incluye información
sobre su aspecto general, como por ejemplo: plantas erectas,
decumbentes, fastigidas, copas cónicas, elípticas, etc.
El aspecto de las plantas o habito, depende tanto de la duración, altura,
grosor, consistencia del tallo, como de la manera de ramificarse. Estas
características tambien se definen como arquitectura de la planta, en la
que interviene además, la posición, numero y desarrollo de las yemas
foliares y florales.
Como podemos percibir al observar detenidamente a un conjunto de
plantas, existe una gran variedad morfológica que compone la diversidad
vegetal, en la que se incluyen las hojas, las flores y frutos, pero se
presenta una mayor diversidad en cuanto se refiere a su construcción
estructural (tronco, ramas, raíces), esto es a lo que corresponde su
arquitectura, determinada por patrones de crecimiento simples:
monopodísmo, símpodismo, monocaulismo o, mixtos.
Muchas especies taxonómicamente alejadas obedecen a un mismo patrón
arquitectural, de esta forma, Hallé, Tomlinson y otros, han definido
alrededor de 26 modelos arquitecturales o morfogeneticos para las
especies arbóreas a nivel mundial.
Para comprender los procesos de crecimiento en las especies lenosas, y
en particular, de los árboles, debemos considerar algunos conceptos
básicos:
- Las plantas son sistemas biológicos con diseño jerárquico, constituidos
por módulos. El árbol, así es percibido como un conjunto organizado de
unidades morfológicas, en los cuales predomina la acrotonia, o
dominancia del brote apical.
- El modo de crecimiento de las plantas sigue un modelo determinado
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