Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

7 Esta dependencia de los científicos respecto de la industria se ha acentuado durante el presente siglo. El Estado y las grandes empresas del capital monopólico internacional financian las principales investigaciones cuyos fines no son precisamente académicos. En síntesis, mientras más se “desarrolla” la sociedad industrial –bajo una supuesta e ideologizante idea del progreso- más especialidades científicas alienta, reforzando la tendencia a parcelar el conocimiento de la realidad. La evolución unilateral de las ciencias, en compartimientos estancos, ha obstaculizado la formulación de un pensamiento teórico. Ante el avance del empirismo y del pragmatismo neopositivista, es cada vez más necesaria una teoría para orientar el campo de la investigación científica. Solo la elaboración de una teoría global puede poner en crisis el método empírico y permitir el avance de la ciencia hacia un enfoque totalizante. HACIA UNA CIENCIA DEL AMBIENTE Se necesita una ciencia capaz de analizar el ambiente como una totalidad dinámica y en permanente cambio. Como dice Morin, el objetivo es “crear la ciencia de las interrelaciones, de las interacciones, de las interferencias entre sistemas heterogéneos, ciencia más allá de las disciplinas aisladas, ciencia verdaderamente transdisciplinaria”.(4) Según Kosik, “la posibilidad de crear una ciencia unitaria y una concepción unitaria de esta ciencia se basa en el descubrimiento de la más profunda unidad de la realidad objetiva…El hombre existe en la totalidad del mundo, pero a esta totalidad pertenece asimismo el hombre con su facultad de reproducir espiritualmente la totalidad del mundo… Las tentativas de crear una nueva ciencia unitaria tienen su origen en la comprobación de que la propia realidad, en su estructura, es dialéctica”.(5) Según nuestro entender, el comportamiento unitario y global de la realidad objetiva sólo puede ser investigado por una metodología y una teoría totalizante que no será el resultado de la suma de los descubrimientos de cada ciencia particular. Un trabajo interdisciplinario no garantiza un enfoque globalizante del ambiente, porque cada especialista sólo aporta un análisis parcial escindiendo unilateralmente los componentes del todo. La actividad transdiciplinaria –sin ser la solución perfecta, ya que arrastra las deformaciones profesionales de los especialistas – puede contribuir en una fase a formular los fundamentos de la ciencia del ambiente. (4) Edgar Morin, Ecología y Revolución, Caracas, reimpreso por el Boletín OESE, agosto 1974, núm. 8, p. 6. (5)Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto, México, Ed. Grijalbo, 1976, p.57, 58 y 268.

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