Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

45 IV. EL PROCESO HISTORICO DE LA DEPENDENCIA Y EL DETERIORO DE LOS ECOSISTEMAS LATINOAMERICANOS La base ecológica latinoamericana condicionó, en gran medida, el tipo de colonización española. La diferencia entre la colonización inglesa de Norteamérica y la colonización española de América Latina no estuvo determinada por “el espíritu de la raza” sino por los ecosistemas diversos que existían en las zonas conquistadas. Algunos autores, como Francisco Encina, fundamentan el progreso de Norteamérica en la capacidad de los ingleses de conservar la pureza de la raza: “no fueron las instituciones y el régimen los que engendraron las grandes diferencias en el desarrollo de las sociedades inglesas de la América del Norte y las españolas de la América del Sur, sino las distintas aptitudes de los progenitores y el cruzamiento del español con el aborigen” . 56 La diferencia entre ambas colonizaciones no residió, a nuestro juicio, en las supuestas virtudes o defectos de cada raza, sino en el conjunto de las condiciones ecológicas, en los distintos medios geográficos, como los suelos y ríos, y en la disponibilidad de mano de obra que encontraron los respectivos conquistadores. Los ingleses que colonizaron la zona este de lo que es actualmente Estados Unidos encontraron una naturaleza poco feraz, ríos que se desbordaban arrasando los cultivos y una población indígena que no pudieron doblegar y explotar desde el comienzo. No hallaron metales preciosos ni una agricultura con regadío artificial como la de los mayas, incas y aztecas. A los ingleses del Mayflower les hubiera regocijado encontrar oro, como a los españoles –sostiene Charles Beard- pero “la zona geográfica que cayó en sus manos no rindió al principio el preciado tesoro ”. 57 E stas condiciones obligaron a los ingleses a trabajar con sus propias manos, a convertirse en artesanos y agricultores, que luego promovieron el desarrollo industrial y la creación de un mercado interno. Por el contrario, los españoles encontraron un continente con exuberante vegetación, metales preciosos, zonas cultivadas con regadío artificial y abundante mano de obra que explotar. Estos factores condicionaron un régimen dedicado fundamentalmente a la exportación de materia prima; un sistema que generó con rapidez el monopolio de las tierras y minas y una clase dominante interesada, casi exclusivamente, en la producción para el mercado externo. Uno de los motivos de la rápida y fructuosa colonización española fue el grado de adelanto agrícola, alfarero y minero que habían alcanzado los indígenas americanos. Esa tecnología aborigen le permitió a los españoles organizar en pocos años un eficiente sistema de explotación. De no haber contado con indios expertos en el trabajo minero resultaría inexplicable el hecho de que los españoles, sin técnicos ni personal especializado, hubieran podido descubrir y explotar los yacimientos mineros obteniendo en pocas décadas una extraordinaria cantidad de metales preciosos. Como hemos demostrado en el capítulo anterior, los oborígenes de nuestro continente habían logrado un alto nivel tecnológico en la metalurgia; dominaban las técnicas de fundición, aleación y orfebrería en un grado igual o superior a los especialistas de la Europa de entonces. Los españoles se encontraron con pueblos sedentarios que 56 Francisco Encina, Historia de Chile , Santiago, 1948, tomo III, p. 67. 57 Charles Beard, The Rise of American Civilization , Nueva York, Mc Millan, 1961, p.11.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=