Página 52 - Memoria sobre la Araucanía

Id misionero dirijir el ataque en otro sentido: tratar de
alagar sus intereses materales, manifestiidoles cjue la educa
cion, la civilizacion les har comprender con provecho sus inte
reses eu su verdadero sentido ; que con ella se harn cajiaces
ele administrai-los cou ganncia i utilidad : que en ella hallarn
im mdio seguro ele enrricjuecerse, de evitar los peligros de en
ganos a que su ignorncia los espione a cada paso con temores
mui fundados de ser desjiojados de sus jirojiiedades-, ide quedar
jirontoespuestos ,-. la mendcidd, ellos i sus. familias etc. etc. To
das son reflexiones perdidas, i cjue no hacen la menor impresion
en estos hombres cuando se trata de abandonar sus costumbres, i
demas p radicas semi-brbaras. Siu el temor de causar stidio,
seria mui fcil referir multiplicados hechos.
ha relijion de J. C. doctrina esencialmenle civilizadora, la
el que usaba en sus contratos : en una palabra, mas parecia un hacen-
dado"de campo, que un araucano. Cuando lo conoci habitaba una mise-
ble cabana: le aconsej hiciese una casa de teja que le preMaso. al
gema comodidad, resistiu por algun tiampo, esponiendo las costumbres
de sus mayores, 1 tambien manifestndome el temor de que los demas
indios vindole emprencler un trabajo tan desusado i clesconocido enlrc
ellos, lo creerian demasiado adherido a los espanoles, 1 por consiguiente
le mirarian como enemigo, i quizas atentarian contra su vida misma.
* Sin embargo desvanecidos sus temores con mis reflecciones, se resolvi
por fin: para realizarlo tuve yo que proporeiunarh parte dei material,
. 1 tambiefflos artesanos, todo lo que lpag. Otros trabajos emprendi
tambien a instancias mias. lisa asquiesencia a mis reflecciones i con-
sejos, la buena razon que aparentaba, i el carcter de Cristiano que
rebestia. parece debia ser una garantia que asegurapse el buen xito
de su conversion una vez que se tratase de. ella. jPuesbien! enfermo de
gravedad este cacique, i luego me hizo Uamar; corri apresuraaamente;
mi presencia le alegro. Me pregunt mue haria? pues se veia enfermo
de gravedad, de cuya enfermedad creia morir. No lo habl de conver
sion todavia por no berir su seiceptibilidad : mis consejosse dirijieron
primero a que, dispusiese arregladamente sus intereses, haciendo su
ltima disposision con toda claridad para de esc modo evitar pleitos a
sQshermanos e hijos: me lo agradci i convino en ello. Me propuso
entonces que yo le dirijese en este asunto, a lo que me preste gustoso.
Despues de haber hablado bastante a este respecto, encontrando en
tanta docilidad, i ai parecer tan buena disposicion a convenir en lodn
lo que le propona, ciei era aquella la ocasion mas oportuna, que no
i