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MANUAL DE RETORICA, ORATORIA Y LIDERAZGO DEMOCRATICO
mandar, y realmente no cabe entre los mismos otra unión que la de
esclavo con esclava, y los poetas no se engañan cuando dicen: «Sí, el
griego tiene derecho a mandar al bárbaro,» puesto que la naturaleza
ha querido que bárbaro y esclavo fuesen una misma cosa.» El famosos
filósofo sigue argumentando: «Estas dos primeras asociaciones, la del
señor y el esclavo, la del esposo y la mujer, son las bases de la familia,
y Hesíodo lo ha dicho muy bien en este verso: «La casa, después la
mujer y el buey arador;»porque el pobre no tiene otro esclavo que el
buey. Así, pues, la asociación natural y permanente es la familia... La
primera asociación de muchas familias, pero formada en virtud de
relaciones que no son cotidianas, es el pueblo, que justamente puede
llamarse colonia natural de la familia, porque los individuos que
componen el pueblo, como dicen algunos autores, «han mamado la leche
de la familia», son sus hijos,
«
los hijos de sus hijos». Si los primeros
Estados se han visto sometidos a reyes, y si las grandes naciones lo
están aún hoy, es porque tales Estados se formaron con elementos
habituados a la autoridad real, puesto que en la familia el de más edad
es el verdadero rey, y las colonias de la familia han seguido filialmente
el ejemplo que se les había dado. Por esto, Homero ha podido decir:
«
Cada uno por separado gobierna como señor a sus mujeres y a sus
hijos.».»
Tengo que insistir en que los lectores y, principalmente, las lectoras, no
dejen de atender a que estos juicios se han hecho 25 siglos atrás, antes
de la era cristiana y que lo terrible es que haya personas en el siglo XXI
que traten a las mujeres y a otras personas como cosas, como esclavos,
pero quizás lo más reprochable es que existan personas que acepten
ser tratados como tales. Sigamos ahora con Aristóteles:
«
La asociación de muchos pueblos forma un Estado completo, que llega,
si puede decirse así, a bastarse absolutamente a sí mismo, teniendo
por origen las necesidades de la vida, y debiendo su subsistencia al
hecho de ser éstas satisfechas. Así el Estado procede siempre de la
naturaleza, lo mismo que las primeras asociaciones, cuyo fin último es
aquél; porque la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo
que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su completo
desenvolvimiento se dice que es su naturaleza propia, ya se trate de un