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MANUAL DE RETORICA, ORATORIA Y LIDERAZGO DEMOCRATICO
libertad de su país, pues lo demás lo había perdido. La época en que
vivió Demóstenes presentaba tonos sombríos en el presente, augurio
de un futuro nada prometedor para Atenas.
C. ATENAS, EL CLIMA IDEAL PARA LA ORATORIA.
En Atenas, todo ciudadano podía acusar y defenderse. Los jurados, legos
en derecho, atienden más bien a las presentaciones, a la fluidez de
discurso que a la verdad. En su favor, el ateniense acudía a un abogado
o a un logógrafo o bien él mismo se formaba en el arte del discurso. En
décadas anteriores se acostumbraba usar en Chile la expresión
«
iletrados»para describir a todos los que no eran abogados, lo que
provocaba la explicable indignación que sentían todos los que no
integran la orden profesional a la que pertenezco. En el siglo V de la
era previa al cristianismo, retórica, sofística y política son un todo:
políticos, jurados, sofistas y logógrafos forman parte de él. Este fue un
siglo de crecimiento de la oratoria y de consolidación en la técnica
retórica. Está lleno de oradores que van abriendo el camino a los grandes
maestros que se dieron cita en el momento histórico más importante
de la elocuencia ática, es decir, ateniense. En política, conseguida la
paz, se suceden las hegemonías entre las diversas polis griegas (Esparta,
Atenas, Tebas) y se forja el poder de Macedonia. La retórica ocupará el
lugar de la poesía y se enfrenta a la filosofía como materia educadora.
La especialidad de logografía se hallaba plenamente desarrollada y
sistematizada. El logógrafo es la persona que redacta discursos, según
los datos que le da el cliente, los objetivos que éste persiga y adaptando
el discurso a la personalidad del que lo requiere. El resultado es una
cierta repetición monótona, con fórmulas y frases hechas, pero también
con la variedad que generan los diversos casos y los distintos tipos de
clientes. Estos discursos no son estrictamente obras de quien los redacta,
puesto que el cliente colabora y se ven alterados de copia en copia.
Ello hace que no se pueda atribuir autoría a muchos discursos, aunque
se pueden reconocer los rasgos esenciales de cada orador. En el mundo
actual, es reconocida la gran labor que desarrollan los escritores de
discursos de los grandes líderes y que tienen un origen antiguo.