Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

93 El nacionalismo y el despliegue de América Latina en los discursos de Cristina Fernández y Sebastián Piñera Lucas Reynoso Primero la República Argentina, luego el Continente y después el mundo. Juan Domingo Perón (1976: 212). En 1962, el diplomático chileno Felipe Herrera (1973: 4) definió a América Latina como “una gran nación deshecha” que permanecía viva “en la raíz de nuestros es- tados modernos”. Desde esa concepción, América Latina presenta un dilema para los estudios sobre el nacionalismo, regionalismo, y particularmente, para el aná- lisis de la relación entre estos dos fenómenos. A diferencia de Europa, el proyecto regional más estudiado, América Latina se posiciona como una entidad liminal, en la cual el nacionalismo y el regionalismo no son discursos nítidamente diferen- ciados ni antagónicos (Miller, 2013). Ambos se complementan, en cambio, en un nacionalismo continentalista o latinoamericanista (Puntigliano, 2010). A lo largo de la historia, el nacionalismo latinoamericano ha entrelazado ideas de nación y región en sueños de una integración regional que trajera autonomía, desarrollo y el afianzamiento de una identidad compartida (Puntigliano & Briceño, 2013). Sin embargo, estos sueños de integración continental nunca se han concretado y muchas veces otros nacionalismos, enfocados en cada país, han sido considerados como los responsables de dicho fracaso (Malamud, 2015). La antigua “gran nación deshecha” de Felipe Herrera y las naciones que consolidaron los estados moder- nos posteriores subsisten simultáneamente y parecieran relacionarse de un modo ambivalente. Cómo apuntaba José María Aricó en los años ochenta, América La- tina es una entidad que “sufre procesos de constitución y desconstitución, mo- mentos de vida intensamente colectiva y unitaria y momentos de desintegración y ofuscamiento del espíritu continentalista” (Aricó, [1981] 2020: 292).

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