Orientaciones técnicas para desarrollar una práctica docente inclusiva en las disciplinas de las ciencias sociales

7.2. Orientaciones para los procesos de admisión para estudiantes en situación de discapacidad 7.2.1. Apertura del cupo De acuerdo a la literatura, asumir un enfoque de derechos en educación, implica asumir la responsabilidad ética de trabajar en una mayor equidad y justicia en el acceso, permanencia y egreso de ciertos grupos de la población que han sido históricamente discriminados y que requieren acciones dirigidas para reparar dicha discriminación (Blanco, 2006; Latorre et al., 2009). Sin embargo, esta postura no está exenta de polémicas. En el caso de nuestra institución, desde 2010 se abrió el debate sobre los cupos de admisión especial con un fuerte foco en la justicia social, comenzando por un cupo asociado a vulnerabilidad socioeconómica para estudiantes de buen rendimiento académico egresados de la educación pública (municipal). Desde ahí comenzó un camino hacia cuestionar la composición de la matrícula de estudiantes, llegando en 2016 a discutirse la incorporación de un cupo para personas ciegas o con baja visión, tal como ya existía en otras facultades de la Universidad. Con ello, se abrió el debate sobre la discapacidad y las posibilidades reales que entrega la institución para que personas con déficit visual puedan estudiar. Asimismo, se puso de manifiesto algunas posturas contrarias a la incorporación de este perfil de estudiantes. Como resultado de este debate, se abre este cupo ⁷, pero se identifica un claro sesgo dado por el capacitismo⁸ visual, el que hacía que los materiales de estudio fueran en su mayoría material de lectura visual. Debido a esto, se comenzó a levantar la necesidad de aumentar la cantidad de material auditivo y la necesidad de contar con tecnologías para la decodificación de material visual hacia el canal auditivo, tal como veremos un poco más adelante. 7.2.2. Proceso de admisión Otro aspecto relevante es establecer un diseño adecuado de los procesos de admisión de estudiantes en situación de discapacidad. Aquí hay al menos dos aspectos relevantes que se deben considerar. En primer lugar, está la necesidad de velar por eliminar las barreras que pudieran levantarse en los procesos (como falta de adecuaciones de las pruebas, por ejemplo), por lo que se debe intentar diseñar la mayor cantidad de opciones posibles para evaluar lo necesario en el proceso de selección, con especial atención a las capacidades que se miden, pero dando opciones para expresar dichas habilidades (de forma escrita, oral, individual, grupal, etc.). 7 Este cupo se abre en 2017 para dos carreras de la Facultad de Ciencias Sociales, luego de una discusión de varios meses al interior de una comisión creada con este fin. Hasta 2019 han ingresado un total de cinco personas con baja visión a través de este cupo. De ellas, una ha desertado, tres han permanecido en sus programas de origen y una ha cambiado de programa hacia otra Facultad de la Universidad. Además, en el proceso de admisión 2020 ya hay seleccionados a la fecha dos candidatos con baja visión que aún se encuentran en proceso de matrícula. Por otra parte, en este período ingresa una persona con hipoacusia por vía regular a una carrera sin cupo de admisión especial por discapacidad. 8 Se entiende por capacitismo a “la devaluación de la discapacidad que da lugar a actitudes sociales que afirman de manera acrítica que es mejor para un niño caminar que rodar, hablar que usar señas, leer textos impresos que leer en Braille, deletrear de forma independiente que utilizar un corrector ortográfico y compartir con niños sin discapacidades en lugar de con otros discapacitados” (Hehir, 2002, p.1, traducción propia) 27

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