Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

90 dirección de igualdad de género capítulo 4 . reflexiones finales. REFLEXIONES FINALES En Chile y America Latina, los movimientos de mujeres y feministas han visibilizado las desigualdades, violencias y discriminaciones que afectan a las mujeres y disiden- cias sexo genéricas, y han demandado respuestas gubernamentales. Las universida- des no han estado ajenas a estos procesos y han sido también interpeladas para gene- rar respuestas institucionales orientadas a construir espacios educativos y laborales libres de discriminación. El sistema de género, presente en el conjunto de instituciones de la sociedad, está asentado sobre sólidas bases culturales, sociales y económicas; en consecuencia, en- frentarlo es un proceso difícil, gradual y de larga extensión. Su transformación supone contar con voluntades políticas, masa crítica participación de la comunidad, compro- misos y decisiones institucionales para avanzar sostenidamente en la transversaliza- cion de la igualdad de genero. La Universidad de Chile asumió estos compromisos a partir de la reflexión crítica sobre su realidad y tras considerar inaceptables situaciones de desigualdad y brechas por motivos de género existentes, emprendiendo transformaciones mediante el de- sarrollo de una agenda de igualdad de género. Sin embargo, traducir la voluntad y el compromiso en acciones conducentes a cambios concretos es sin duda un proceso complejo y lleno de obstáculos: faltan recursos y personas con formación en temáti- cas de género en las distintas Unidades, pesa la inercia institucional, hay conservadu- rismos y resistencias implícitas. Iniciar un proceso de certificación, como el que ha emprendido la Universidad de Chile, representa precisamente este gran desafío para una institución de educación superior, en especial si se considera que el objetivo es avanzar hacia una cultura de igualdad de género. La Política de Igualdad de Género , elaborada en conjunto por la Dirección de Género y el Senado Universitario, ha marcado un rumbo y constituye una carta de navegación. El Sello Genera Igualdad es el plan de acción de dicha política, que permite desplegar sus diversas líneas de acción. Política y Plan de Acción están estrechamente relacionados y el Sello ha sido un instrumento concreto que, en esta primera fase de implementación no exenta de dificultades, ha logrado cambios que permiten construir bases más sóli- das para las fases posteriores. La apertura de la universidad a visibilizar y debatir sobre las desigualdades y discrimi- naciones de género supone reconocer que están presentes en la institución, y lejos de esconderlas bajo la alfombra , las autoridades universitarias se comprometen a realizar acciones específicas para avanzar en su erradicación. No se trata solo de una voluntad política que pone en valor este tipo de iniciativas desde un espacio declarativo, sino también de un compromiso activo por parte de to- dos los actores universitarios que integran la comunidad, para permitirse ser críticos y autocríticos en el intercambio de miradas que se producen en las conversaciones y discusiones. La instalación del Sello se entiende como un proceso de cambio cultural y/o político co-construido, que requiere del aprendizaje y comprensión de la cultura organizacional para poder incidir en las prácticas universitarias. Es importante destacar que este proceso está en construcción, por lo que necesita desarrollarse para poder evaluar sus resultados, profundizar y sostener el proceso. Desde una reflexión global, es fundamental contar con una mirada estructural y sis- témica para este tipo de iniciativas. En efecto, pensar la universidad en su conjunto implica reconocer su doble carácter académico y laboral, las complejidades de cada

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