Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable

3 Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable. Cecilia Ibarra, SofíaVargas Payera y Diego Morata INTRODUCCIÓN Este libro fue escrito entre 2020 y 2021, tiempos marcados por la crisis sanitaria mundial del COVID-19. En este periodo complejo y adverso hemos decidido darnos un espacio para reflexionar sobre lo que fueron los diez primeros años del Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA) de la Universidad de Chile y escribir sobre geotermia. Este centro de investigación FONDAP inició su andadura a finales del 2010 y fue parte de una década de cambios en el panorama de las energías renovables en el país. El CEGA, desde sus orígenes, busca mejorar y au- mentar el conocimiento sobre la geotermia en el país. ¿Por qué? Primero, porque Chile tiene un potencial geotérmico ilimitado y el calor de la Tierra, en todos sus usos, presenta la ventaja de estabilidad en la frecuencia de la provisión energética. Esto quiere decir que la energía geotérmica no presenta cambios significativos durante el día ni durante el año, y no depende del clima, por lo que es estable, a diferencia de las otras energías renovables. Por otra parte, es una energía versátil porque puede ser usada para producir electricidad, pero también de manera directa para procesos térmicos como la climatización de ambientes, siendo ésta una gran opor- tunidad para disminuir la contaminación generada por el consumo de leña en ciudades del sur del país.Además, es una energía amigable con el medio ambiente y es renovable, si su uso es el adecuado. Volviendo a los orígenes del CEGA, cuando se funda, Chile se pro- yectaba como la promesa para el desarrollo de la energía geotérmica, de la cual se hablaba en los congresos académicos mundiales desde hacía mu- cho tiempo, con la expectativa de que el país pronto fuera un ejemplo del aprovechamiento de esta energía, debido a sus favorables condiciones geológicas. Fueron varios los congresos en donde se indicaba el inmenso potencial geotérmico de los Andes, en general, y de Chile, en particular. Además, estos inicios del CEGA coincidieron con un contexto energéti- co local marcado por una efervescencia por la exploración del potencial geotérmico de zonas volcánicas del norte, centro y sur del país para la ge- neración de electricidad, y por una inestable provisión de electricidad en la capital, la cual incluso sufrió cortes de suministro en la década anterior. El siglo XX terminó mostrando la fragilidad de la matriz energética de Chile. El gas proveniente de Argentina, a un precio realmente bajo, fue cortado de un día para otro; una pertinaz sequía en la zona central del país hizo tambalear nuestra capacidad de generación de electricidad, y expe-

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