El cultivo del duraznero hacia el siglo XXI

74 Introducción Cada vez se hace más evidente que el consumo de frutas y verduras frescas es uno de los pilares fundamentales para llevar una vida sana. Al día de hoy, son innumerables los estudios publicados en revistas especializadas que asocian una dieta rica en fibras y antioxidantes y baja en azúcares simples y grasas saturadas, con una menor incidencia de enfermedades como la diabetes tipo II, la hipertensión y el síndrome metabólico. Según reportes actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades, conocidas como enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) son responsables del 71% de las muertes a nivel global, y de estas últimas, un 85% ocurre a personas entre los 30 y 65 años de edad en países de ingresos medio-bajos (WHO, 2021). Es por esta razón que se han creado en Chile iniciativas como “5 al día” en que se promueve el consumo de frutas y verduras frescas en la población y donde la academia, los productores y comerciantes de frutas y verduras se unen en torno a entregar el mensaje de consumir al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras. Además de reducir el nivel de mortalidad asociado a las ECNT, consumir preferencialmente frutas, vegetales, legumbres y cereales integrales por sobre productos procesados, refinados o de origen animal, no solo mejorará los indicadores de morbilidad de la población, sino que también repercutirá positivamente en los sistemas de producción agrícola, aumentando su sostenibilidad. Este punto es parte de un desafío global que se debe adoptar con urgencia, considerando que la producción de alimentos (especialmente alimentos de origen animal) se encuentra entre los principales impulsores de la degradación ambiental global al contribuir negativamente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el uso excesivo de agua dulce, entre otros. El reporte “Food in the Anthropocene” de la comisión EAT-Lancet en dietas saludables y sostenibilidad de producción alimentaria, afirma que los cambios desde dietas actuales a dietas saludables beneficiarían sustancialmente la salud humana, reduciendo las muertes por ECNTs hasta en un 23,6%, además de disminuir la demanda de productos de origen animal (especialmente carnes rojas) y con ello su impacto en el uso de tierra arable y los demás elementos de degradación ambiental anteriormente mencionados (Willett et al., 2019) De este y otros estudios se desprende que, para satisfacer las necesidades nutricionales No solo saben bien, hacen bien: ¿Por qué consumir duraznos y nectarinas? Igor Pacheco Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos Dr. Fernando Monckeberg Barros (INTA) Universidad de Chile.

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