Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

33 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES Conciliación trabajo-familia: equilibrio entre el cuidado del hogar y el desarrollo profesional Uno de los primeros obstáculos que enfrenta una mujer al incorporarse al mundo laboral es cómo conciliar las tareas del hogar con las tareas asociadas al trabajo remunerado fuera del hogar y cómo es capaz de conciliar o equilibrar la interacción trabajo-familia, si un proceso en el que el comportamiento de un trabajador en un dominio (por ejemplo, en el hogar) es influido por determinadas ideas y situaciones (positivas o negativas) que se han construido y/o vivido en el otro dominio (por ejemplo, en el trabajo) (Geurts et al ., 2005). La conciliación se vuelve cada vez más necesaria a partir de la desinstitucionalización de la familia que ha surgido, entre otros factores, por la emancipación de las mujeres del rol exclusivo de cuidadoras del hogar (Sabater, 2014). Cabe mencionar que durante la última década la discusión respecto a la conciliación trabajo- familia se ha hecho presente en el plano académico (Allen et al ., 2015; Darcy et al ., 2012; Kossek et al ., 2011) y en el plano político, acompañada de diversas políticas públicas enfocadas en fa- cilitar dicho proceso en pos de generar ambientes laborales que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de las personas (Gaete, 2018). Este debate sobre la conciliación trabajo-familia se enmarca en los cambios económicos, so- ciales, políticos y tecnológicos que han creado una nueva relación trabajo-persona y que han trascendido el límite de la división sexual del trabajo (Bourdieu, 2000), a la vez que han marcado una nueva relación trabajo-familia que genera una multiplicidad de roles que pueden potenciar o limitar el desempeño profesional y personal, en tanto que las personas asumen una doble responsabilidad: del hogar y del trabajo ( lvarez y Gómez, 2011). Sin duda, han sido las mujeres las más afectadas por estos cambios, ya que ellas han debido asumir en mayor medida esta conciliación e interacción del trabajo y la familia producto de las tareas que les han sido aso- ciadas a lo largo de la historia. Por ejemplo, en Chile, esta situación ha quedado en evidencia al reconocerse que las mujeres destinan a la semana, en promedio, 21 horas más de horas la- borales no remuneradas (cuidado del hogar) que los hombres y que los hombres trabajan más horas remuneradas que las mujeres (OECD, 2020). Por tanto, a pesar de que la tendencia señala que ha existido una feminización creciente del trabajo (Díaz, 2017) esto parece no haber cambiado el panorama en lo que respecta a la con- ciliación trabajo-familia en el caso de las mujeres. En este marco, diversas voces refuerzan la idea de que los significativos cambios en la distribución del trabajo productivo no han ido acompañados de cambios en la distribución del trabajo doméstico y de cuidado (Ansoleaga y Godoy, 2013). En relación con esta idea, se señala que, sea cual sea su condición laboral, las mujeres destinan más tiempo que los hombres a las labores de cuidado y domésticas, mientras que los hombres, sea cual sea su condición laboral, destinan menos tiempo que las mujeres a dichas labores (Godoy et al ., 2009). Las consecuencias más inmediatas de este conflicto entre vida familiar y laboral son: la institu - cionalización de la doble jornada en el caso de la mujer trabajadora que es la que experimenta con mayor intensidad el conflicto trabajo-familia; la desigualdad laboral por la renuncia, la ma - yor parte de las veces, de la mujer a su proyección profesional; y el descenso de la natalidad, incluso por debajo de las tasas de reposición (Guirao, 2011). El problema de la conciliación trabajo-familia se tensiona aún más a partir de esta doble jornada laboral. Existen ahora dos miembros de un mismo núcleo familiar con obligaciones familiares o personales que tienen que conciliar con la actividad productiva. Por tanto, se hace necesario avanzar a una redistribu- ción y reconocimiento del trabajo y rol de las mujeres en sus diferentes espacios en la sociedad (Fraser, 2000).

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