Policy Brief - La sobremedicalización del parto y nacimiento en Chile

5 3. ANTECEDENTES Y ANÁLISIS DE POLÍTICA PÚBLICA El año 2015 la ONU aprobó la “Agenda 2030 sobre el Desa- rrollo Sostenible” 2 que organiza en diecisiete objetivos las metas para lograr una mejora en la vida para todos y todas. Tal como lo establece el ODS 3 (“ Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades ”), ya no es suficiente con garantizar la sobrevivencia de la mujer y el recién nacido, sino que ambos logren su mayor potencial de salud tanto física como mental. El hecho de que cada vez más mujeres puedan acceder a un centro de salud o bien a profesionales de la salud para la atención de sus partos, no se ha traducido en la entrega de una atención de calidad: “ Se da con frecuencia una atención poco respetuosa y un trato poco digno (…) Además, el mode- lo predominante de la atención durante el parto en muchas partes del mundo permiten al prestador de salud controlar el proceso del parto, lo que puede exponer a embarazadas aparentemente sanas a intervenciones médicas innecesarias que interfieren con el proceso fisiológico del parto ” (WHO, 2018). Tal es el caso de Chile, en el cual la excesiva sobreme- dicalización no ha permitido garantizar una atención de ca- lidad a pesar de contar con indicadores de morbimortalidad materno fetal y cobertura profesional de altos estándares (Binfa et al., 2013, 2016; Sadler et al., 2018). La sobremedicalización desconoce la práctica clínica, la evidencia científica disponible y un trato humanizado que considere la totalidad de las problemáticas de la mujer. Este conjunto de prácticas, tienen consecuencias en las distintas dimensiones de las personas y en distintos plazos, oponien- do la práctica clínica de profesionales del equipo al principio de “Primum non nocere”. Efecto en la salud física y mental La evidencia científica no respalda el manejo intervencionista del preparto y parto, entre otras razones por las consecuen- cias negativas para la salud de mujer y recién nacido. El uso del monitor fetal continuo se asoció a mayor frecuen- cia de cesáreas y partos vaginales instrumentales (Alfirevic et al., 2017). También hay evidencia que indica relación entre tactos vaginales frecuentes y efectos adversos psicológicos, físicos y alterar ritmos naturales del cuerpo (Dixon y Foureur, 2010). Por su parte la posición en decúbito supino está aso- ciada a trabajos de partos más largos y mayor probabilidad de uso de anestesia epidural (Lawrence et al., 2009). Fotografía. En el centro se observa una madre acostada con su recién nacido descansando sobre su pecho. En la par- te superior se ve un hombre besando la frente de la madre. 2 https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/

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