Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

65 la memoria de millones de televidentes el ataque a las torres gemelas en Nueva York. Inaugurándose por cierto una seguidilla de actos violentos en distintas partes de este mundo que se dio a sí mismo la denominación de globalizado. Al parecer comunidad mundial (Globalización) y violencia irían de la mano. Un par de ejemplos. “Según encuestas de todo el mundo, entre el 10% y el 69% de las mujeres señalan haber sido agredidas físicamente por una pareja masculina en algún momento de sus vidas” (Organización mundial de la salud, 2002, p. 18). Otro ejemplo: Parece que algunos aspectos de la globalización contribuyen a que surjan conflictos (205). En particular, es probable que la fragmentación y marginalización de algunos países y grupos, la intensa competencia por los recursos y las crecientes desigualdades en ciertas sociedades generan condiciones que aumenten la probabilidad de que se produzcan conflictos políticos violentos. Ninguno de estos factores, por sí solo, basta para desencadenar un conflicto, pero la combinación de varios de ellos puede crearlas condiciones para que brote la violencia (Organización Mundial de la Salud, 2002, p. 27). Lo anterior nos debiera llevar a manifestar, al menos, inquietud respecto a la diada globalización/violencia. Si la globalización se presenta (pretensión) como la extensión de la comunidad a nivel planetario ¿Es la comunidad factor de violencia? Si tomamos por ejemplo lo señalado por Riekenberg (2014) acerca del concepto de violencia en Bataille podemos decir que “en el sentido antropológico significa la acción corporal de dañar” (p. 4) y por ello sería inmanente a la condición humana. Ante esto es que entonces la comunidad se organiza e impone la prohibición. Pero como la violencia se nutre de la efervescencia que le produce al ser humano no atender a la prohibición, es que se rompe con el tabú (Bataille, 1997). Por ello no es utópico rebelarse en contra de la idea de estar con otros u aceptar

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