Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

78 – los cazadores-recolectores y las plantas en patagonia les como naturales en un sitio. Permite apreciar la diversidad de taxa del conjun- to. En este caso, nos centraremos en los carporrestos carbonizados. Índice de diversidad de Simpson (Marston 2014): permite medir homoge- neidad y riqueza de las especies para lograr calcular la diversidad de una muestra. Se recomienda este índice de diversidad para los análisis arqueobotánicos ya que “ los conjuntos paleoetnobotánicos… están dominados numericamente por pocos taxa ubicuos ” (Marston 2014: 168). Se produce un rango de valores en que 0 represen- ta un conjunto no diverso y 1 representa diversidad infinita. Colección de referencia Se confeccionó una colección de referencia de elementos microhistológicos ve- getales de la flora nativa del área de estudio (Tabla 4) con el fin de disponer de un parámetro comparativo del conjunto microfósil por taxa , cumpliendo así con una condición básica de todo estudio arqueobotánico (Pochettino y Capparelli 2006-2009). Permite caracterizar la diversidad de morfotipos presentes por taxa ( multiplicidad ), además de lograr identificar aquellos morfotipos que son redun- dantes ( redundancia ) (Babot 2007; Pearsall 2010). La colección se compuso de especies actualmente presentes en el entorno del sitio (locales) que son potencialmente explotables o de interés económico. Las colectas se realizaron durante primavera, entre los meses de septiembre y noviembre. También se integraron plantas de importancia económica de la re- gión, refrendadas en diferentes fuentes escritas de carácter histórico, etnográfico y recopilaciones bibliográficas (Tabla 4) (Lorentz y Niederlein 1881; Latcham 1936; Ragonese y Martínez-Crovetto 1947; Gusinde 1951, 1982, 1986; Martínez- Crovetto 1968, 1982; Moreno 1969, 1999; Muñoz et al. 1981; Claraz 1988; Pérez de Micou 1988, 1991; Vera 1991; Martinic 1995; Chapman 1998; Cox 1999; Mös- bach 1999; Musters 1999; Onelli 1999; Schemeda-Hirschmann et al. 1999; Rapo- port y Ladio 1999; Aguerre 2000; Rapoport et al. 2003; Pardo y Pizzaro 2005a, 2005b, 2013; Ciampagna y Capparelli 2012). Además, se contó con el apoyo de colecciones de referencia arqueológica de otros sitios del área y de bibliografía especializada en microfósiles referida a los taxa de interés de esta investigación (Twiss et al. 1969; Zucol 1995, 1996, 1998, 1999, 2000; Fernández et al. 2006; Pi- perno 2006; Pearsall 2010; Musaubach 2012; Fernández Pepi 2013; Musaubach et al. 2013, 2016; Ciampagna 2014; Musaubach 2014; entre otros). Para el caso de la colección de microfósiles, se diferenciaron las distintas partes de las plantas (hoja, tallo, raíz, bulbo, semilla, etc.). Éstas se procesaron mediante dos métodos: calcinado en seco ( dry ashing), adaptado de Parr y cola-

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