Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

54 – los cazadores-recolectores y las plantas en patagonia La ocurrencia de marcas de raspado, fracturas y marcas de cortes en la diá- fisis indicarían el aprovechamiento de la médula. Adicionalmente, se constata el uso de ciertas técnicas de fracturas que permiten la preparación de una línea de quiebre que permite las formas base para elaborar instrumentos (Velásquez y Mena 2006). En la determinación de estacionalidad para los tres componentes ocupacio- nales de Baño Nuevo 1, los datos arqueofaunísticos son útiles en señalar algunos momentos de ocupación sin descartar la factibilidad del uso de la caverna en otras estaciones, para las que no contamos con indicadores claros para detectar- los (ocupaciones invernales). Basándose en la secuencia de erupción y reemplazo en las series dentarias de mandíbulas y maxilares de guanaco, la cueva estaría ocupada al menos durante el otoño y primavera en el componente temprano, y durante el verano en el componente tardío (Velásquez 2006). En forma comple- mentaria, la presencia de aves migratorias en los tres componentes ocupacionales indica el uso estival del sitio (Mena 2009). Agentes formacionales de sitio que afectan al registro arqueobotánico en Baño Nuevo 1 El carácter frágil del registro arqueobotánico, sumado a la posible movilidad vertical y horizontal de estas evidencias, nos obligan a ponderar diversos agen- tes potenciales de modificación del contexto arqueológico. En primer lugar, se presenta el carácter de cueva del sitio, que conlleva procesos de formación y transformación complejos al remitirse a la ocupación reiterada de un espacio res- tringido y delimitado (Strauss 1990; Farrand 2001; Jackson 2007). Éstos, desde luego, afectan a la totalidad de la evidencia material recuperada, sea arqueobotá- nica o de otro tipo. En el caso de Baño Nuevo 1, las observaciones en terreno concluyeron sobre el accionar de tres agentes principales de formación del depósito) y, por ende, del registro arqueobotánico. Según Mena y Lucero (2006). Éstos corresponden a: • Ingreso de material coluvial; • Caída de bloques de las paredes y techo de la cueva; y • Bioturbación animal (galerías de roedores, acción de ovejas). Los diferentes eventos de derrumbe del sitio se centran principalmente a los últimos tres mil años, se vinculan principalmente con la Capa 2 (post-cultural) aunque se ha registrado otro evento en la capa 4 entre 10.500 y 9.000 años ap

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