Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

Modalidad de ocupación del sitio Baño Nuevo 1 – 163 Modalidad de ocupación del sitio Baño Nuevo 1: ESTACIONALIDAD Y USO DE LOS AMBIENTES ALEDAÑOS. Antes de introducirnos en estos temas es necesario explicar la validez del uso de las observaciones y registros actualísticos del paisaje vegetacional de la zona de estudio para la comprensión del registro arqueobotánico de Baño Nuevo 1. La historia de las ocupaciones y visitas por parte de grupos de cazadores-recolecto- res en la región de Aisén se remonta a más de ~12.000 años cal ap en Cueva de La Vieja y ~11.500 años cal ap en El Chueco 1 (Reyes et al. 2007a; Méndez et al. 2018); por ello, es preciso entender las variaciones vegetacionales documentadas hacia fines del Pleistoceno y a lo largo del Holoceno. Las reconstrucciones pa- leoambientales registradas para la zona concluyen que desde ~8.000 años cal ap no hubo mayores cambios en la distribución de la vegetación del área de estudio (Markgraf et al. 2007; de Porras et al. 2012, 2014); más bien hubieron fluctuacio- nes del límite de las zonas de transición bosque-estepa, con avances y retrocesos de acuerdo a variantes en la humedad efectiva. No obstante, este límite arbóreo y arbustivo no habría incidido fuertemente en las comunidades esteparias inte- riores, donde se emplaza Baño Nuevo 1. Por lo tanto, las comunidades botánicas asociadas al ambiente estepario y a los microambientes detectados en las cerca- nías de estos sitios (ambiente fluvial, lacustre) serían semejantes a lo registrado actualmente (Markgraf et al. 2007; de Porras et al. 2012, 2014). Con el objetivo de determinar los recursos explotables local y regional- mente, se cruzó la información proporcionada por el catastro realizado en el sitio (Rojas 2006, Fajardo no publicado) con los taxa identificados en el registro arqueobotánico de Baño Nuevo 1 (Tabla 36). Esta información se complementó con descripciones bioclimáticas y vegetacionales existentes de la zona de estudio (Gajardo 1993; Luebert y Pliscoff 2006; Silva 2010; Maldo- naldo et al. 2011). Así, se determinó que, del conjunto de restos arqueobotáni- cos recuperados, el 36,11% (13 de 36 taxa ) se encuentra en el catastro. Entre es- tas plantas locales se reconocen 6 de distribución restringida, distinguiéndose plantas arbustivas, como Berberis sp., B. microphylla , Ericaceae y Gaultheria mucronata, que forman comunidades en áreas de laderas de cerro y cerca de fuentes de agua (Gajardo 1993); plantas de ambientes acuáticos, como Carex sp. (Matthei 1995; Hoffamnn 1998; Hoffamnn et al. 1998); y plantas de már- genes de bosque y transición bosque estepa, como Orchidaceae y Oxalis sp.,

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