Modelo educativo de la Universidad de Chile - 2021

21 prácticas académicas niegan o desvalorizan dichas características, o si se desconocen sus experiencias previas, siempre mediatizadas por el grupo social, etario y el género al que pertenecen. Por ello, la Universidad de Chile entiende la calidad de la formación de pregrado y postgrado como la capacidad de desarrollar al máximo los talentos de la Institución y de todas las personas que participan en ella (estudiantes, académicos y académicos, autoridades, personal de colaboración, comunidad del entorno), en un marco de equidad, a partir de prácticas permanentes de aprendizaje institucional (Astin, 2012). De este modo, sin abandonar la rigurosidad científica y la excelencia académica, en tanto valores centrales para la Universidad, se adopta un enfoque que entiende la calidad educativa como responsabilidad institucional por el desarrollo de las capacidades de cada integrante de su comunidad —y de sus estudiantes en particular—, desde una perspectiva que asume que los procesos formativos tienen un potencial transformador para las personas, pero también para la Institución y que esta transformación se da en un contexto dinámico y en constante cambio. Este enfoque implica orientar las prácticas formativas hacia la construcción de relaciones significativas entre estudiantes, de estudiantes con docentes, y con funcionarios y funcionarias, para dar lugar a una experiencia de formación plena e integral, lo que supone movilizar los recursos universitarios en todos sus niveles, en pos de la incorporación de las y los estudiantes como miembros plenos de la comunidad universitaria, con potencial de ser agentes de cambio de la cultura institucional. En este escenario los mecanismos de promoción y aseguramiento de la calidad, como la autoevaluación institucional y de programas académicos, además de la definición de programas concretos de mejoramiento y productividad académica, se establecen como parte de las prácticas permanentes de mejora continua, basadas en la reflexión y el aprendizaje institucional, procurando que cada proceso se realice con rigurosidad y espíritu crítico. La adopción de estos