Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

CAPITULO 14 / COMPAÑEROS DE COMUNICACIÓN PARA PERSONAS CON AFASIA 91 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA por quien genera un enunciado, sino que también por quie- nes toman el rol de interlocutor o espectador. En este contex- to se ha demostrado que, durante la interacción comunicati- va, los espectadores perciben a la PcA como más competentes cuando cuentan con el apoyo de un compañero que facilita su interacción con los interlocutores (Kagan, 2001). Este tipo de dinámica muchas veces ocurre de manera innata, ejemplifica- da en el apoyo que puede proveer un acompañante de la PcA durante el acto comunicativo necesario para realizar una com- pra, en este el compañero puede solicitar al vendedor que ha- ble más pausadamente, o bien, que le otorgue más tiempo a la PcA para entregar sus respuestas, permitiéndole alcanzar el objetivo propuesto inicialmente para la actividad. Considerando lo expuesto, resalta la necesidad de compren- der que el éxito que pueden alcanzar las PcA, especialmente aquellas con condiciones moderadas o severas, durante sus interacciones –como también los juicios que se realizan sobre su competencia comunicativa– no dependen exclusivamente de las habilidades de la PcA, sino también de la factibilidad de contar con el apoyo de una persona sin afasia que cumpla efectivamente el rol de facilitador durante las interacciones. Dicho rol puede ser cubierto por familiares, como también por personas que no son parte del ambiente social cercano, pudiendo ser incluso el mismo vendedor del ejemplo previa- mente entregado; siendo la condicionante el estar adecuada- mente entrenado para cumplir con esta importante función. En este contexto emerge el concepto de Compañero de Co- municación (CC), término que inicialmente fue acuñado por Ginnie Green (1984) para dar cuenta de aquella persona que, tras el adecuado entrenamiento, cuenta con las herramientas y competencias necesarias para facilitar y maximizar la co- municación efectiva de la PcA con sus interlocutores (Green, 1984; Simmons-Mackie et al., 2010; Turner yWhitworth, 2006), especialmente en aquellas actividades que contemplan a la conversación como forma de comunicación, reconociendo en ella su centralidad para la vida cotidiana (Kagan, 1995). Respecto a su efectividad, la literatura científica actual reco- noce sus positivos efectos en la interacción y participación de la PcA, siendo su inclusión especialmente recomendable en aquellas personas que cursan con una afasia crónica (Sim- mons-Mackie, Raymer y Cherney, 2016). ¿Quién puede ser un Compañero de Comunicación? A pesar de lo familiar que resulta ser la comunicación para la mayoría de las personas, la complejidad que conlleva cumplir el rol de CC de una PcA no es menor. Su actuar implica man- tener un constante monitoreo y evaluación de la conducta comunicativa de la PcA, como la de sus interlocutores y de las condiciones ambientales en las cuales ocurre la interacción. Dicha tarea se suma a la constante tarea que ha de realizar para seleccionar, ejecutar y evaluar aquella técnica –entre las muchas otras previamente entrenadas– que mejor permitiría resolver un problema comunicativo, o bien, optimizar la inte- racción. Respecto al proceso de selección de aquellos candidatos a transformarse en CC, Simmons-Mackie et al. (2010) plantean una serie de puntos que el fonoaudiólogo ha de tener en con- sideración, permitiéndole guiar adecuadamente un proceso que debe contar con la activa participación de la PcA. Al res- pecto, se insta a los clínicos a siempre considerar que: • El CC puede ser un familiar como una persona descono- cida para la PcA, ya que las mejoras en la comunicación funcional son independientes del vínculo que ambas per- sonas tengan. • El escoger un familiar como CC o no, dependerá de los ob- jetivos específicos que se planteen a futuro. De hecho, si el objetivo es mejorar la comunicación en un entorno de rehabilitación, por ejemplo, se recomienda que el CC sea un miembro del mismo equipo de salud. • No existen datos suficientes para determinar si la escolari- dad del CC es un factor que deba ser considerado al mo- mento de escoger la persona adecuada para ser entrenada como CC, se requieren mayores estudios. Tomando en cuenta lo expuesto, queda demostrado que la ta- rea de seleccionar candidatos para el rol de CC no es sencilla, y para la cual ninguna lista de requisitos mínimos –que vaya más allá de lo ya expuesto– sería suficiente para simplificarla, toda vez que la evaluación no puede centrarse solo en las ca- racterísticas de una de las personas que será parte de la diada PcA-CC. En este sentido, Green (1984) plantea que la elección de la persona candidata a cumplir el rol de CC debe de ir vin- culada con la selección de las estrategias comunicativas a en- trenar, lo cual solo es posible tras una profunda evaluación de la interacción existente entre la PcA y el posible candidato a CC, mientras paralelamente el fonoaudiólogo testea diversas estrategias de facilitación o maximización comunicativa. Re- conocida la relevancia que tiene la evaluación de la interac- ción para la determinación del adecuado CC, se estima nece- sario incorporar las siguientes consideraciones finales: • El CC, como condición fundamental, debe tener un franco interés por mejorar el lenguaje, la comunicación, partici- pación y bienestar de la PcA. Característica que es crucial, considerando que quien cumple con este rol ha de parti- cipar de un proceso de entrenamiento, y posteriormente ser instructor de otras personas con las cuales desee inte- ractuar la PcA. • Es trascendental que el CC logre comprender qué es la afa- sia y sus efectos en la comunicación e interacción, permi- tiendo aumentar su empatía con la PcA. • Considerar la evaluación como un proceso continuo y que se debe mantener en el tiempo, recordando que las diná- micas de interacción pueden variar por diversos motivos, yendo algunas de estas en desmedro del buen funciona- miento de la diada PcA-CC. • La evaluación continua también debe atender los cambios que son propios a cada uno de los integrantes de la diada PcA-CC y sus propios ciclos de vida; contemplando cam- bios cognitivos, conductuales, emocionales, físicos eco- nómicos, sociales u otros que deriven en la necesidad de realizar ajustes.

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