Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA 20 3 CONCEPTOS CLAVE • Los trastornos del lenguaje de tipo afásico fluente, co- rresponden a una alteración que dificulta el acceso a las palabras y la correcta estructuración de frases y oracio- nes. • Las afasias fluentes corresponde a: Wernicke, transcorti- cal sensorial, anómica y conducción. • La afasia anómica suele corresponde al tipo de afasia más leve y es la evolución de tipos de afasia más seve- ros. • La afasia de Wernicke es considerada la más severa de los cuadros afásicos fluentes y suele acompañarse de anosognosia. • La afasia de conducción podría ser compleja de diag- nosticar por sus constantes conductas de ensayo y error, que podrían hacerla parecer como un cuadro no fluente, sin embargo sus errores fonológicos tienden a ser claves en el proceso diagnóstico, así como su com- prensión conservada. • La afasia transcortical sensorial tiene características muy similares a la afasia de Wernicke, es fundamental una evaluación detallada de la repetición para poder determinar el diagnóstico diferencial. ¿Cómo citar este capítulo? APA Olivares, C. (2021). Afasias Fluentes. En Toledo-Rodríguez, L. & Tobar-Fredes, R. (Eds.), Manejo Fonoaudiológico de la Persona con Afasia (pp. 20–24). Universidad de Chile. Vancouver Olivares C. Afasias Fluentes. En: Toledo-Rodríguez L & To- bar-Fredes R, editores. Manejo Fonoaudiológico de la Per- sona con Afasia. Santiago: Universidad de Chile; 2021. p. 20-24. AFASIAS FLUENTES Claudia Olivares Matus INTRODUCCIÓN Desde el punto de vista teórico, existe una larga dis- cusión acerca de si la afasia es un fenómeno unidimen- sional o multidimensional (Ardila, 2005). Un trastorno uni- dimensional implica un trastorno multimodal, ya que se comprometen las cuatro modalidades: Lenguaje expresivo, lenguaje comprensivo, lectura y escritura. Por otro lado, un trastorno multidimensional, implica que las distintas mo- dalidades del lenguaje no se comprometen por igual (Helo et al. , 2011), por tanto, se configuran diferentes cuadros sindromáticos de acuerdo a las moda- lidades comprometidas y conservadas. Con base en estos cuadros sindromáticos, diversos autores establecen dife- rentes clasificaciones para diferenciar los cuadros afásicos. La clasificación más utilizada en la clínica para diferenciar los distintos tipos de Afasia corresponde a la propuesta rea- lizada por la Escuela de Boston; este grupo realiza su clasi- ficación basándose en la dicotomía fluente y no fluente, proponiendo el uso de las siguientes dimensiones: línea melódica, longitud de la frase, agilidad articulatoria, forma gramatical, parafasias en habla seguida, repetición, capaci- dad para encontrar palabras y comprensión (Goodglass et al ., 2001; Helm-Estabrooks & Albert, 2005). Los trastornos del lenguaje de tipo afásico fluente corres- ponden a una alteración que dificulta el acceso a las pala- bras y su correcta estructuración. Sin embargo, logra pro- ducciones más extensas que en personas con afasias no fluentes, alcanzando frecuentemente enunciados de 5 o más palabras. Su característica principal son las recurrentes dificultades en la comprensión, mucho más marcadas que en otras afasias, lo que dificulta su evaluación y tratamiento (Edwards, 2005). En la literatura se han descrito con mayor frecuencia los trastornos de lenguaje de tipo no fluente. Un ejemplo de ello es que ya desde el siglo XIX, y gracias al trabajo del neu- ropsiquiatra aleman Carl Wernicke, se describe un trastorno de lenguaje cuya producción era fluente pero carente de sentido. Posterior a Wernicke, diversos autores han descrito variantes de Afasias de tipo fluente, clasificándolas en cua- tro subtipos que se mantienen en la actualidad (Pasuy et al ., 2013). Las afasias fluentes han demostrado generar un marcado estrés, no solo en la persona que la padece, sino también en su entorno social más cercano. Condiciones altamente pre- valente en personas con daño cerebral frontal, describién- dose una menor incidencia de estrés en aquellas personas que viven con las secuelas de una afasia de tipo fluente (Ed- wards, 2005). Además se describe que este tipo de afasias son las más frecuentes en las primeras semanas post injuria (Blanken et al ., 1993).

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