Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

CAPITULO 16 / USO DE SISTEMAS COMPUTACIONALES 105 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA En este contexto se entiende que las TIC´s ofrecen nuevas y a su vez significativas oportunidades para las personas con al- gún tipo de discapacidad, ya que estas suelen hacer un mayor uso de la tecnología asistencial que los demás. La tecnología desarrollada hoy en día ha de adaptarse a las habilidades de todas las personas, así aquellas con discapacidad podrán par- ticipar en todos los aspectos de la vida social en condiciones de igualdad mayores, permitiéndoles tomar parte de una sociedad de la información de forma inclusiva y sin barreras (Guisen et al ., 2012). Dentro del estudio de las TIC’s se describe un área llama- da Tecnología Asistiva, la cual está orientada a potenciar la autonomía y la calidad de vida en personas en situación de discapacidad. Los instrumentos que resultan de este campo de conocimiento son denominados “Ayudas Tecnológicas” (Guenaga et al ., 2007). Las ayudas tecnológicas pueden ser clasificadas según su complejidad en: High Tech, Low Tech y no Tech (Elsahar et al ., 2019). Las primeras están caracterizadas por la utilización de equipos y dispositivos electrónicos, que por lo general son de alto costo y que requieren de conoci- mientos y destrezas para poder operarlos (Roca et al ., 2204). Las ayudas tecnológicas Low Tech , no requieren de equipos tecnológicos para su utilización, sino que simplemente de un adiestramiento en el uso de herramientas como lápices, cua- dernos o tableros. Por último, las ayudas no Tech se basan en la interpretación de expresiones faciales o gestos (Elsahar et al ., 2019). Los sistemas de comunicación aumentativa alternativa abordados en este capítulo pertenecen a la categoría de alta tecnología o High Tech . Rehabilitación en afasia El proceso de rehabilitación de la PcA es complejo y de varia- das aristas. A modo de contextualización, nos basaremos en el modelo planteado por la OMS en su Clasificación Internacio- nal de la Funcionalidad (CIF), el cual incorpora variables médi- cas y biológicas, variables ambientales y sociales, agrupadas en tres niveles: estructura y función, actividad y participación. Cada uno de estos niveles es influido por factores personales y ambientales (OMS: Organización Mundial de la Salud, 2001). De esta manera, se intenta dar cuenta de la compleja interac- ción de diversos factores en la funcionalidad de un individuo. Desde este punto de vista, una PcA presenta no sólo altera- ciones en el nivel de estructura y función (el daño cerebral y las alteraciones lingüísticas posteriores), sino que también en el nivel de actividad (relacionadas con la comunicación) y participación, en relación a los roles afectados de acuerdo a lo descrito previamente (Northcott et al ., 2017). En general, la rehabilitación de la afasia tiene como objetivo optimizar la comunicación entre una persona con este trastor- no y su entorno. Para lograrlo, el terapeuta se puede enfocar en métodos que apuntan a cualquiera de los tres niveles men- cionados anteriormente (Worrall et al ., 2011). Los métodos enfocados a rehabilitar los procesos lingüísticos subyacentes al trastorno, apuntan principalmente al nivel de estructura y función. Otras aproximaciones, generalmente denominadas funcionales, apuntan al desempeño de la persona en distintas actividades comunicativas cotidianas, enfocándose entonces en el nivel de actividad (van de Sandt-Koenderman, 2011). Los tratamientos orientados a la participación ponen énfasis en aprender a vivir con las consecuencias de una afasia. De esta manera se orienta hacia objetivos más sociales a través de la educación del entorno de la PcA, por ejemplo: para apoyar la reincorporación al trabajo o la participación en actividades recreativas (Van de Sandt-Koenderman y Mieke, 2011). Es ne- cesario mencionar, que ninguno de los tres métodos se con- traponen entre sí, es más, idealmente, una PcA debería tener contacto con las diferentes metodologías a lo largo de su pro- ceso de rehabilitación. La utilización de tecnología puede brindar apoyo en cualquie- ra de estos enfoques. A continuación, revisaremos algunos ejemplos según los niveles de la CIF. A. Estructura y Función Los primeros programas generados para la rehabilitación en afasia estaban construidos en base a las terapias enfocadas a la recuperación de la alteración, por lo que son los que mayor desarrollo han presentado hasta el día de hoy (van de San- dt-Koenderman, 2011). Se ha observado que el entrenamiento de una función en es- pecífico a través de estos programas, puede generar mejoras en otras habilidades lingüísticas en personas con afasia. Katz & Wertz (1997) llevaron a cabo un estudio para explorar la efi- cacia de implementar un tratamiento de lectura a través de un programa computacional en sujetos con afasia crónica. Para este fin distribuyeron a 55 sujetos con este trastorno en tres grupos según el tipo de estimulación que recibirán. El pri- mer grupo recibió terapia de lectura a través de un programa computacional que incluía tareas de pareo visual y tareas de comprensión lectora. El segundo, trabajó con un programa computacional que entregaba estimulación más general a través de juegos no verbales y tareas de rehabilitación cogni- tiva. Mientras que el tercer grupo no recibió tratamiento (gru- po control). Luego de 26 semanas, el primer grupo presentó las mejoras significativas en el índice “verbal”, en la evaluación global del Índice de Habilidades Comunicativasd de Porch (PICA), en los subtest de “repetición” y en el cociente de afasia de la Batería de Afasia de Western (WAB); el grupo de entre- namiento general presentó mejoras menores, mientras que el grupo control ninguna (Katz &Wertz, 1997). Aparte de la efectividad de estos programas de tratamiento, el acceso y masificación actual de dispositivos tecnológicos utilizados para la comunicación y la transmisión de la informa- ción, permite la portabilidad y la utilización de estos progra- mas desarrollados para facilitar la comunicación, que pueden ser utilizados por las PcA en los distintos contextos comunica- tivos en los cuales se desenvuelven (Davis & Copeland, 2006). De esta manera, se generan más oportunidades de práctica, disminuyendo los costos y otras dificultades asociadas al ac- ceso a la terapia presencial, tales como: transporte, disponi- bilidad de horas del clínico y PcA, entre otros. En este sentido, Petheram (1996) llevó a cabo un estudio en el que se observó que los individuos con afasia que utilizaron programas com- putacionales enfocados en el entrenamiento de funciones lin- güísticas específicas reportaron cambios positivos, tales como

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