Policy Brief: Acelerando la micro radicación: hacia una política de regeneración urbana habitacional de densificación equilibrada

Las familias optan por vivir juntas en situación de allega- miento, manteniendo sus redes de apoyo y cuidados, ade- más de la localización cercana a equipamientos, movilización y fuentes laborales. Investigaciones de los últimos 30 años (Vergara y Palmer, 1990; Castillo, 2004; Arriagada y Urrutia, 2017; Tapia et al., 2018; Urrutia y Cáceres, 2019; Urrutia, 2019; Vergara et al., 2019; Urrutia y Cáceres, 2020; Tapia y Robert- son, 2020) han explorado los beneficios del allegamiento y cómo podrían recogerse para promover desarrollos habita- cionales que resuelvan los problemas del hacinamiento, pero mantengan los beneficios del vivir juntos. Así nace la estrate - gia de micro radicación, es decir, el reemplazo de la vivien- da precaria de allegados con la construcción de viviendas nuevas en el mismo terreno para cada uno de los núcleos familiares. La micro radicación es una alternativa a la producción habi- tacional masiva en las periferias. Sin embargo, su baja imple- mentación por falta de demanda factibilizada, poco interés de la industria para embarcarse en proyectos de escala pe- queña, dificultad para la tramitación y aprobación de estos proyectos y amplio desconocimiento proyectual en esta mo- dalidad, hace que la micro radicación aún no se popularice, desaprovechando todo su potencial. Por ello este Policy Brief recomienda a la División de Política Habitacional y División de Desarrollo Urbano del MINVU la consideración de un nuevo modelo de organización de la demanda, una serie de mecanismos que faciliten la incorporación de PYMEs, adap- tación de la normativa a la escala micro de intervención y la propuesta de lineamientos para el desarrollo de nuevas tipologías habitacionales en esta modalidad. 2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Obsolescencia de la política habitacional Actualmente se estima que el 90% del déficit cuantitativo de vivienda consiste en alguna forma de allegamiento, familias que hoy residen en las viviendas de familiares y que donde, a pesar de las condiciones de precariedad en las que habitan, a nivel nacional 7 de cada 10 declaran no querer cambiarse o no estar haciendo nada por ello. Esta proporción de fami- lias que no están dispuestas a acceder a un programa con- vencional de vivienda teniendo la prioridad del Estado para hacerlo, se agudiza en la ciudad de Santiago donde, según Urrutia (2019), alcanzan al 83% de las familias allegadas. Así, cerca de 350.000 familias en Chile no verán solucionado su problema habitacional de la forma tradicional. Este es un problema crónico, ya que si la política habitacional continúa con el foco en las soluciones convencionales (desa- rrollos de vivienda en terrenos alejados de la ciudad) el 70% de familias allegadas seguirá prefiriendo quedarse así, sufriendo todas las consecuencias de una baja habitabilidad, situación que al tornarse insostenible desencadena tomas de terreno y nuevos campamentos compuestos por familias que no lo- graron resistir el vivir de allegados. Son básicamente dos las razones que explican por qué las familias prefieren vivir pre - cariamente de allegados a que recibir una vivienda en propie- dad; la primera dice relación con la necesidad de continuar habitando cerca de áreas centrales y/o bien conectadas de la ciudad, lo que les garantiza mejor acceso a fuentes laborales, servicios de salud, educación y comercio. La segunda, tiene que ver con las redes de apoyo y cuidado, que en situación de allegamiento se ven reforzadas por la cohabitación de tres o más generaciones en múltiples núcleos familiares comúnmen- te emparentados (Araos, 2008; Urrutia, 2012; Urrutia y Cáceres 2020), condición que facilita la corresponsabilidad en el hogar y la inserción laboral femenina por distribuir el cuidado de in- fantes y personas dependientes a través de otros integrantes del grupo familiar. Ello se suma a las redes de apoyo por lazos creados en sus barrios, generando un verdadero tejido social que contribuye a una mejor calidad de vida. Solucionar el pro- blema habitacional yéndose a otro lugar, aunque sea en pro- piedad, terminaría por romper dichas estructuras de apoyo y las dinámicas de continuidad que configuran la vida cotidiana de los diversos integrantes y generaciones de dichas familias, a la vez que les aleja de las oportunidades que brinda la ciudad. Esta realidad va mucho más allá de la vivienda, ya que es también un problema de pobreza (al afectar a las familias más vulnerables del país); de salud y bienestar (por focali- zarse en personas que viven hacinadas, en condiciones pre- carias de habitabilidad y con alto riesgo de siniestros); de desigualdad (por depender de un modelo de política habi- tacional que tiende a expulsar a los sectores de más bajos ingresos a la periferia -paradójicamente entendido como solución-, limitando el acceso de estas familias a mejores condiciones de educación, salud y trabajo); como también un problema de género (al concebir la vivienda únicamente para familias mononucleares de dos generaciones, promo- viendo así la división sexual del trabajo y restringiendo el círculo de cuidados mutuos de la familia extendida). 3 UNIVERSIDAD DE CHILE Vicerrectoríade Inves tigaciónyDesarrollo INVESTIGACIÓN INNOVACIÓN CREACIÓNARTÍSTICA POLICY BRIEF S e r i e D o m e s t i c a r l a C i u d a d

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