Didácticas (in)visibles

34 | D idácticas (I n ) visibles Como les contaba, pertenecí al mundo delictual por muchos años, pero siempre me he rodeado de libros. Me gusta mucho leer y me considero una persona relativa- mente culta o con conocimiento en distintos temas. Esto lo digo con mucha humildad. Mientras fui alumno del liceo, intenté aprovechar al máximo las oportunidades de aprender. Nunca falté a una clase y siempre asistía con mi mochila llena de libros. Tam- bién participé en muchas actividades escolares que ayuda- ron a destacarme y crecer, fortaleciendo la confianza de mis capacidades. Quiero detenerme aquí, para explicar algo: entre noso- tros, los presos, decimos que somos lo peor de la sociedad, que no valemos nada y que en la cárcel somos un número más… La verdad es que así nos sentimos y cuando este sentimiento se nos olvida, Gendarmería nos lo devuelve a la memoria. Este es el motivo que convierte al liceo en un paraíso dentro del infierno. La comunicación y el trato que hay entre profesores y alumnos, nos hacía olvidar que no valíamos nada. Hablando de este tema, les voy a contar un hecho que nunca voy a olvidar. En la cárcel hay un pasillo que conecta el sector de módulos con el liceo. Aquí transitan gendarmes, internos y profesores. Entonces, un día que yo estaba por dentro de una reja mirando a las personas que pasaban, me fijé que una profesora del liceo transitaba por este pasillo. Cuando la vi, ella ya había pasado, pero se devolvió a saludarme y

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